Preparando Nuestros Corazones para la Pascua: Un Devocional de la CuaresmaMuestra
"Día 14: La Apelación"
En un mundo descompuesto, el salmista recurre a Dios para que actúe sobre sus falsos acusadores. La idea de este tipo de petición ("puedan mis acusadores ser vestidos con el deshonor") puede ser incómodo para aquellos de nosotros que no estamos/hemos estado expuestos a las injusticias de la guerra, el genocidio y el tráfico sexual como otros lo están en el mundo. Pero a pesar de esto, en algún momento todos hemos optado por pagar mal por mal. Pero en lugar de enfrentar la injusticia por él mismo, el salmista lleva esta injusticia a Dios y clama a Él para que actúe en su nombre. Él decide dejar que sea el santo Dios, quien se encargue de los que le han hecho mal en lugar de buscar retribución por sí mismo.
Si Dios fuera solo perdonador sin ser justo, no habría ningún lugar donde pudiéramos ir cuando pecamos contra Él. Pero la santidad de Dios no va a tolerar la injusticia. Así parezca reconfortante al principio, nosotros también somos injustos, y solo que haya un remedio para nosotros, también seremos juzgados con el mismo juicio que nuestros opresores. La única razón por la que el salmista (o nosotros) podemos apelar a Dios es porque Jesucristo ya ha hablado por nosotros. Cuando Cristo clamó a Dios desde la cruz, él había sido rechazado y despreciado porque estaba tomando el lugar de una humanidad pecadora. Ahora podemos apelar a Dios porque él nos mira a través de Cristo sin pecado quien habló por nosotros.
Oración
Dios, Padre nuestro, te adoramos por enviar a Cristo para cubrir nuestros propios pecados, para así poder tener una relación contigo, perfecto en santidad. Te agradecemos que escuches nuestro clamor cuando hemos actuado mal y sabemos que nos escucharás con compasión y misericordia. Ayúdanos a entregarte nuestro enojo cuando alguien nos hace daño en lugar de buscar nuestra propia justicia. En nombre de Cristo, amén.
Derechos de autor (c) 2012 por Redeemer Presbyterian Church.
En un mundo descompuesto, el salmista recurre a Dios para que actúe sobre sus falsos acusadores. La idea de este tipo de petición ("puedan mis acusadores ser vestidos con el deshonor") puede ser incómodo para aquellos de nosotros que no estamos/hemos estado expuestos a las injusticias de la guerra, el genocidio y el tráfico sexual como otros lo están en el mundo. Pero a pesar de esto, en algún momento todos hemos optado por pagar mal por mal. Pero en lugar de enfrentar la injusticia por él mismo, el salmista lleva esta injusticia a Dios y clama a Él para que actúe en su nombre. Él decide dejar que sea el santo Dios, quien se encargue de los que le han hecho mal en lugar de buscar retribución por sí mismo.
Si Dios fuera solo perdonador sin ser justo, no habría ningún lugar donde pudiéramos ir cuando pecamos contra Él. Pero la santidad de Dios no va a tolerar la injusticia. Así parezca reconfortante al principio, nosotros también somos injustos, y solo que haya un remedio para nosotros, también seremos juzgados con el mismo juicio que nuestros opresores. La única razón por la que el salmista (o nosotros) podemos apelar a Dios es porque Jesucristo ya ha hablado por nosotros. Cuando Cristo clamó a Dios desde la cruz, él había sido rechazado y despreciado porque estaba tomando el lugar de una humanidad pecadora. Ahora podemos apelar a Dios porque él nos mira a través de Cristo sin pecado quien habló por nosotros.
Oración
Dios, Padre nuestro, te adoramos por enviar a Cristo para cubrir nuestros propios pecados, para así poder tener una relación contigo, perfecto en santidad. Te agradecemos que escuches nuestro clamor cuando hemos actuado mal y sabemos que nos escucharás con compasión y misericordia. Ayúdanos a entregarte nuestro enojo cuando alguien nos hace daño en lugar de buscar nuestra propia justicia. En nombre de Cristo, amén.
Derechos de autor (c) 2012 por Redeemer Presbyterian Church.
Escrituras
Acerca de este Plan
¿Qué es Cuaresma? Es un tiempo en el cual anticipamos la victoria de la luz y la vida de Cristo sobre la oscuridad del pecado y la muerte. Durante este tiempo desde el Miércoles de Ceniza hasta la Pascua, se nos recuerda nuestra fragilidad y la gracia redentora de Dios.
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Este devocional fue creado por el personal de la Redeemer Presbyterian Church y fue publicado originalmente en el 2012 en www.redeemer.com Reproducido con autorización.