Preparando Nuestros Corazones para la Pascua: Un Devocional de la CuaresmaMuestra

"Día 2: El Arco"
La época de la Cuaresma ha sido históricamente un tiempo de reflexión sobre la condición humana. El Miércoles de Ceniza nos recuerda la fragilidad de la vida humana — porque polvo somos y al polvo volveremos. Pero aprendemos rápidamente que la condición humana está marcada no solo por la fragilidad, sino por la depravación. De hecho, en el tiempo de Noé, la corrupción y la violencia humana se había vuelto tan generalizada que Dios dijo que tenía su corazón triste y lleno de dolor. Que el Dios todopoderoso pueda ser retratado como arrepintiéndose de la creación del hombre expresa poderosamente la pecaminosidad del pecado.
Pero lo que más duele es que la Biblia no habla en abstracto acerca del corazón humano. No, está hablando específicamente acerca de mi corazón, la pecaminosidad de mi pecado y, de hecho, el dolor divino por la manera como yo he vivido.
Sin embargo, aún en medio de la penumbra y con las secuelas de la tormenta del juicio de Dios, vemos brillar la esperanza a través de ella. Noé mira hacia arriba y ve contra las nubes grises la gloria deslumbrante del arco iris que emerge donde el sol y la tormenta se encuentran. Y allí en las nubes él ve el arco de la ira de Dios dejado a un lado en la promesa de paz.
Y la gran promesa es que sin importar qué tan grave nuestro pecado llegue a ser, Dios no esconderá su rostro de nosotros nuevamente. En lugar de esto, Dios pronto dirigiriá el arco de su ira hacia arriba, hacia el cielo, a su propio Hijo, en lugar de dar rienda suelta a su ira sobre nosotros otra vez. Y en la cruz, donde el sol del amor de Dios y la tormenta de la ira de Dios volverían a encontrarse, Jesús moriría en oscuridad para que el brillo de la gloria del plan salvífico de Dios pudiera brillar en nuestros corazones. Todo esto sin un asomo de arrepentimiento divino.
Oración
Señor, ayúdanos a compartir tu tristeza y dolor por nuestros pecado. Durante este tiempo, concédenos el coraje de mirar con honestidad en la penumbra de nuestro pecado de manera que podamos ver de nuevo el brillo de tu gloriosa promesa y gracia para nosotros en Cristo. En nombre de Jesús, amén.
Derechos de autor (c) 2012 por Redeemer Presbyterian Church.
La época de la Cuaresma ha sido históricamente un tiempo de reflexión sobre la condición humana. El Miércoles de Ceniza nos recuerda la fragilidad de la vida humana — porque polvo somos y al polvo volveremos. Pero aprendemos rápidamente que la condición humana está marcada no solo por la fragilidad, sino por la depravación. De hecho, en el tiempo de Noé, la corrupción y la violencia humana se había vuelto tan generalizada que Dios dijo que tenía su corazón triste y lleno de dolor. Que el Dios todopoderoso pueda ser retratado como arrepintiéndose de la creación del hombre expresa poderosamente la pecaminosidad del pecado.
Pero lo que más duele es que la Biblia no habla en abstracto acerca del corazón humano. No, está hablando específicamente acerca de mi corazón, la pecaminosidad de mi pecado y, de hecho, el dolor divino por la manera como yo he vivido.
Sin embargo, aún en medio de la penumbra y con las secuelas de la tormenta del juicio de Dios, vemos brillar la esperanza a través de ella. Noé mira hacia arriba y ve contra las nubes grises la gloria deslumbrante del arco iris que emerge donde el sol y la tormenta se encuentran. Y allí en las nubes él ve el arco de la ira de Dios dejado a un lado en la promesa de paz.
Y la gran promesa es que sin importar qué tan grave nuestro pecado llegue a ser, Dios no esconderá su rostro de nosotros nuevamente. En lugar de esto, Dios pronto dirigiriá el arco de su ira hacia arriba, hacia el cielo, a su propio Hijo, en lugar de dar rienda suelta a su ira sobre nosotros otra vez. Y en la cruz, donde el sol del amor de Dios y la tormenta de la ira de Dios volverían a encontrarse, Jesús moriría en oscuridad para que el brillo de la gloria del plan salvífico de Dios pudiera brillar en nuestros corazones. Todo esto sin un asomo de arrepentimiento divino.
Oración
Señor, ayúdanos a compartir tu tristeza y dolor por nuestros pecado. Durante este tiempo, concédenos el coraje de mirar con honestidad en la penumbra de nuestro pecado de manera que podamos ver de nuevo el brillo de tu gloriosa promesa y gracia para nosotros en Cristo. En nombre de Jesús, amén.
Derechos de autor (c) 2012 por Redeemer Presbyterian Church.
Escritura
Acerca de este Plan

¿Qué es Cuaresma? Es un tiempo en el cual anticipamos la victoria de la luz y la vida de Cristo sobre la oscuridad del pecado y la muerte. Durante este tiempo desde el Miércoles de Ceniza hasta la Pascua, se nos recuerda nuestra fragilidad y la gracia redentora de Dios.
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Este devocional fue creado por el personal de la Redeemer Presbyterian Church y fue publicado originalmente en el 2012 en www.redeemer.com Reproducido con autorización.
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