Eres increíbleMuestra

Dios Poderoso

Poderoso, invencible, admirable

Grande, fuerte, Dios

Cuando se nos ilumina quién es Dios, a quien llamamos Señor, y más allá, Padre, entendemos la expresión del profeta Jeremías: ¡Ah, Señor mi Dios! Tú, con tu gran fuerza y tu brazo poderoso, has hecho los cielos y la tierra. Para ti no hay nada imposible. Comprendemos que todo lo que existe fue diseñado y traído a existencia por Él. Dios Poderoso expresado en su creación, expresado en la tierra, manifestado en tu vida.

Cuán hermoso es tener el privilegio de reconocer sus atributos, expresados en sus nombres a lo largo de las Escrituras. El salmista reconoció su grandeza, reconoció su posición sobre todo cuando expresó: Porque Jehová es Dios grande… Nuestro Dios, el único y verdadero Dios, el Poderoso, es también reconocido como grande, porque no hay nada que puedas pensar que sea mayor a Él. Lo verdaderamente grande se expresa en Él, El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no habrá de darnos generosamente, junto con él, todas las cosas? La mayor expresión de grandeza, está en entregar a su propio Hijo, por ti y por mí; el Hijo de Dios hecho hombre. Y el Verbo se hizo hombre y habitó entre nosotros. Y hemos contemplado su gloria, la gloria que corresponde al Hijo unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad. ¿Cuánto poder se necesita para que el Hijo de Dios se hiciera hombre? ¿Cuánta grandeza para limitar su presencia a un solo cuerpo físico? ¡Cuán admirable eres mi Dios, mi Señor! 

Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz. Reconocido por la creación, reconocido por el Padre Celestial, como parte de su eterno propósito. Humanamente necesitamos entender todo lo que involucró este poderoso acto, que lo podemos reducir al nacimiento de un niño, pero no es solo eso, es el mismo Hijo de Dios hecho hombre.

¡Alabemos al único poderoso, invencible, admirable, grande, fuerte Dios! Quien, no se quedó distante, sino que se hizo nuestro Padre. Nos hizo sus hijos. ¡Alábalo! ¡Gózate en Él! ¡Reconoce al Poderoso que se hizo tu Padre!

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