Eres increíbleMuestra

Cristo exaltado

Cristo exaltado estás

Increíble, invencible, mi Dios

Jesús, en la cruz del Calvario, fue el sacrificio perfecto, sin mancha, sin pecado a favor de todo aquel que cree, porque no quiere que ninguno se pierda. Pero no quedó allí. Su sacrificio fue maravilloso, único, tomó nuestro lugar, recibió castigo por causa de cada uno de nosotros. Pero no quedó allí: ¡Resucitó! ¡Venció la muerte! Trajo cautiva la esclavitud y lo expuso públicamente:  anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz, y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz. 

Gloriosa victoria en la cruz. Gloriosa victoria en la resurrección. Gloriosa victoria cuando fue exaltado. Así que, exaltado por la diestra de Dios, y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto que vosotros veis y oís. El Cristo exaltado se manifiesta en el Espíritu Santo derramado para habitar en aquellos que creímos. El Cristo exaltado con poder y gloria, que impactó todo conocimiento humano dejándolo sin argumento, mostrándole que no se trata de su esfuerzo personal, sino de lo que Cristo ya hizo a su favor. El Cristo exaltado por la diestra de Dios, transformó la manera en que Dios se relaciona con el ser humano. 

A éste, Dios ha exaltado con su diestra por Príncipe y Salvador, para dar a Israel arrepentimiento y perdón de pecados. Dios no se olvidó de su pueblo, le dio la oportunidad de arrepentirse y aceptar al Mesías que fue enviado, cumpliendo así todas las promesas del Antiguo Testamento. Pero su pueblo lo rechazó, no lo aceptaron, no entendieron. Pero Dios no se detuvo en su propósito, un pueblo no podía detenerlo. 

Cristo no tuvo reparos en hacerse obediente hasta la muerte y muerte de cruz. Nos dejó ejemplo en todo sentido, pero más allá de un ejemplo, nos habita para manifestarse en nosotros y a través de nosotros. Cristo cumplió. Cristo fue exaltado. Cristo se impartió en los hijos de Dios para que el propósito eterno se cumpliera sin falta. 

Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.