Serie Ejercicio de confianza - Deja un legadoMuestra

Testamento de la verdad

Cuando pensamos en lo que vamos a dejar a tu generación tienes a pensar en dinero, en lo material. ¿Quién va a quedarse con la porcelana? ¿Quién va a quedarse con ese bonito jarrón? De alguna manera, todos pensamos en eso. Cuanto más pasan los años, vas a la casa de tu bisabuela y generalmente sales con cosas que te quieren dejar a ti, ¿cierto?

Mi esposa y yo tenemos dos hijos, una vez que terminemos de criarlos, estén fuera de la casa y ganando su propio dinero, planeamos tener un tercer hijo de generosidad. Así, nuestros dos hijos tendrán dos terceras partes de herencia y el tercer hijo de generosidad tendrá una tercera parte, será dinero para el reino de Dios. Esa es nuestra herencia. Está escrito en nuestro testamento familiar. Se establece en nuestra última voluntad, dar eso porque queremos que tenga un significado eterno. Nos encargaremos de nuestros hijos, pero queremos dar al Señor también. Se lo comentamos a nuestros hijos y ellos dijeron: «¡Eso es increíble! ¡Genial!»

A continuación, escribo el testamento de nuestra familia. 

«Yo Gregory John Matte, que vivo en Houston, Texas, declaro que esta es mi última voluntad y testamento. Quiero que todos los que lean esto sepan que Jesucristo es mi Salvador y no tengo ninguna duda de que cuando muera, entraré en el cielo. Lo haré no por mi propio valor, sino por los méritos de Jesucristo nuestro Salvador, su muerte en la cruz y la resurrección de entre los muertos. Pido a mis hijos y nietos que compartan la Palabra de Dios con todos y que siempre recuerden cuánto el Señor los ama, sabiendo que Él proveerá. Animo a que pongan su fe solo en Cristo y nunca confíen en el mundo para ser consolados. Espero verlos de nuevo en la vida en el futuro, donde todos viviremos juntos con nuestro Señor y Salvador. Que Dios conceda paz, amor y fortaleza mientras los guía a través de esta vida. Y luego, al final de los tiempos, nos reuniremos en el cielo como una familia feliz viendo a Jesús cara a cara».

Ese es mi testamento, declarado de generación a generación. No solo «aquí están mis cosas». Esta es la verdad de mi vida. Porque, ¿adivina qué? ¿Las cosas? ¿A quién le importa? La verdad puede cambiar un legado y un linaje en tu vida.