[Serie El Señor te mantiene a salvo] ¡Tengo tanto miedo!Muestra

¡Tengo tanto miedo!

«No puedo dormir —¡Estoy acosado por pesadillas recurrentes! ¡No quiero que me dejen solo!» A menudo, un acto de violencia o terrorismo es seguido por un período de miedo. Experiencias tales como la muerte repentina e inesperada de un ser querido o la pérdida de bienes personales, e incluso presenciar eventos traumáticos, pueden provocar sentimientos de miedo, ansiedad, impotencia o abandono. 

Si experimentas cualquiera de estos sentimientos, puedes estar sufriendo del trastorno de estrés postraumático. Los síntomas incluyen pesadillas recurrentes, ataques de pánico, dificultad para concentrarse, nerviosismo ante ruidos repentinos, dificultad para establecer relaciones emocionales e hipervigilancia (un mayor sentido de alerta).

Se te anima a conversar sobre lo que estás sintiendo con un miembro del clero o un consejero capacitado. Tus temores son muy reales y no necesitas sufrir en soledad y en silencio. En medio de tus temores, sé que Dios está contigo, consolándote y fortaleciéndote y asegurándote con palabras que se repiten con frecuencia en toda la Biblia: «No tengas miedo».

En este devocional de siete días veremos pasajes de la Biblia —palabras de consuelo y seguridad— de las cuales puedes sacar fuerzas. Dios te cuidará y promete que nunca te dejará ni te abandonará. Aférrate a esta promesa.

Recibir estas palabras de nuestro amado Dios, nos llena de fortaleza y da una nueva dimensión a nuestra vida. ¡Que el mismo Dios me tome de la mano! ¡Que el Señor me ayude directamente! Eso tiene más poder que cualquier situación o circunstancia que se presente en nuestras vidas.

Las circunstancias son duras, y difíciles, pero nuestro Dios es más grande. No hay nada que sea mayor al que todo lo creó. No hay posibilidad que nuestro Dios sea derrotado. Por lo tanto, nuestra mente necesita transicionar y enfocarse en Dios en lugar de hacerlo en el problema. No te digo que niegues la existencia del problema, sino que te enfoques en Dios, quien está por encima del problema.

Oremos

Señor, yo reconozco hoy que tú eres mayor a cualquier problema que yo pueda enfrentar. Ninguna situación, enfermedad, quiebra económica, guerra, muerte de un familiar o cualquier otra situación que pueda enfrentar en la vida, es mayor a ti. Gracias porque tú me llevas de la mano y me ayudas. Ahora puedo declarar: No tengo miedo, tú estás conmigo. Amén.

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