[Serie El Señor te mantiene a salvo] ¡Tengo tanto miedo!Muestra
Estoy en profunda angustia
¿Cuántas veces hemos sentido que estamos en el pozo más profundo? La angustia se apodera cuando nos centramos en lo que produce dolor. Si partió el ser querido, nos quedamos en su recuerdo, hacemos aún de manera inconsciente un altar emocional a esa persona. No permitimos que nadie toque sus cosas, dejamos sus pertenencias por años en su lugar, porque creemos que es la mejor manera de recordarlo. Sin embargo, si hay algo que debemos entender es que aferrarnos a la causa del dolor no trae victoria.
Seguramente puedes contar situaciones muy dolorosas que te están sucediendo y nos asombraremos de todas ellas. Encontraremos otros que enfrentan situaciones tal vez más complejas en la vida de las que hemos vivido hasta el momento. Pero la única manera de tener victoria es quitar los ojos del problema, de la causa de la angustia y ponerlos en quien todo lo puede: Cristo.
No puedo dormir en paz
Cuando no tenemos paz para dormir, cuando conciliar el sueño se convierte en un reto diario, a causa de la angustia de las circunstancias que estamos enfrentando, entonces es tiempo de recordar en quién hemos creído. Hemos recibido la paz que sobrepasa todo entendimiento, la paz que perdura y que permanece para siempre. Esa paz está sobre cualquier situación. La paz de Cristo es mayor a cualquier circunstancia adversa que nos quiera quitar el sueño y nos traiga angustia.
La paz de Dios no solamente es un hermoso saludo entre hermanos, es una realidad de vida que nos da nuestro Padre. Una vida que nos permite ver las circunstancias como lo que son, pasajeras y temporales. La paz de Dios evoca tranquilidad, seguridad, bienestar, satisfacción, porque cuando hablamos de paz, nuestro espíritu anhela esta realidad.
Nuestro Dios se presenta como el Dios de paz, así como es amor, también es paz. Nuestro Dios es fuente de paz. Cristo es nuestro Príncipe de paz. El evangelio que nos envió a predicar es el evangelio de la paz. La obra de Cristo nos garantiza la paz con Dios. Estas verdades ponen un fundamento que edifica nuestra vida y fortalece nuestra fe. Descansa en el Dios de paz, descansa en el evangelio de la paz y en la obra redentora de Jesús.
Oremos
Padre celestial gracias por tu paz. Esa perfecta paz que cada día me sostiene y gracias por tu evangelio de la paz. Decido disfrutar tu paz, que ahora está en mí. Gracias amado Padre.
Acerca de este Plan
Este plan devocional es parte de la serie El Señor te mantiene a salvo, de American Bible Society. Veremos cómo los sentimientos de temor, miedo, rechazo, desánimo, desesperanza, debilidad, angustia, preocupación e impotencia pueden superarse cuando sabes que el Dios de paz está contigo. Las circunstancias son temporales, pero nuestro Dios permanece para siempre. Podemos dejar en él toda nuestra ansiedad.
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Agradecemos a American Bible Society y a El Centro Network por proporcionar este plan. Si desea conocer más sobre estas organizaciones, siga estos enlaces https://www.americanbible.org/ y https://elcentronetwork.com