[Serie El amor de Dios por nosotros] Cómo enfrentar el cuidado diarioEjemplo

Dios me ayuda y me liberta

Cuando te sientas abrumado por los problemas, acude al Señor en busca de ayuda. Lo primero que viene a tu mente determina cómo vas a manejar la situación. Si viene a tu mente, la paz de Dios y que nada se ha salido de sus manos, entonces manejarás la situación de manera tranquila, sin dejarte vencer por lo difícil de la situación. Mientras recibes la mala noticia o mientras ves la situación complicada, inmediatamente en tu mente comienza a hablar con Dios. 

Después de saber que tu punto de partida es Dios, lo segundo que debes tener en mente es que él realmente te ayuda y te liberta de pensamientos equivocados y actitudes de derrota. Estos pensamientos vienen como avalancha a producir actitud de derrota ante las dificultades. Otros pensamientos se enfocan en hacerte sentir víctima de la situación, que no mereces pasar. Te llevan a comentar a todos cuán triste, abrumado, cargado y necesitado estás en medio de la situación. De esta manera esperas encontrar conmiseración y lástima de aquellas personas. 

Esos pensamientos son muy humanos, pero te desenfocan de dónde estar como hijo de Dios y qué actitudes tener como tal. No es algo que se impone, como hijo «tienes que», en ninguna manera. Pero saber quién es Dios, da seguridad de en quien confías. Por eso vemos continuamente que Dios enseñaba a su pueblo a dejar marcas para recordar lo que él había hecho por ellos. Para que generación tras generación recordaran que Dios los sacó de la esclavitud de Egipto, esclavitud que los tuvo sometidos por 400 años, pero que cuando llegó el día, Dios los sacó para llevarlos a la tierra que había prometido a Abraham. Abraham no lo vio con sus ojos, pero en fe lo vio y sus generaciones lo recibieron. Tu fe está en Dios, quien cumple sus promesas, quien es justo y es amor. 

Cuando vemos el tiempo de sufrimiento, parece incalculable, no se compara con los 400 años de esclavitud, pero pareciera más que ese tiempo. No se quiere lidiar con el dolor en una época donde el objetivo es ser feliz de manera permanente. Pero la vida no solo son momentos felices, pues estos son instantáneos y pasajeros. Dios nos ofrece un lugar de refugio permanente y paz duradera. Depende de cada hijo, cómo disfruta de ese refugio y esa paz. 

Palabra de confianza de parte de Dios

Y a mí, que estoy pobre y afligido, no me olvides, Señor.