Josué - Caminando en VictoriaMuestra

Jueves – Dios es nuestro refugio

Lectura: Josué 20:1-6; Hebreos 6:18; Salmos 94:21-22

Devocional: Salmos 94:22

Lectura Adicional- Josué 20:7-9

Los Levitas fueron la única tribu que no heredó una porción de tierra. Estaban dispersos entre el pueblo en diferentes ciudades para servir como maestros de La Ley de Dios para el pueblo. Seis de estas ciudades fueron también ciudades de refugio. La Ley Mosaica establecía que cualquier persona que cometiera un asesinato debía ser ejecutada. Pero, en el caso de muertes no intencionales, Dios reservó estas ciudades a las que el asesino podía huir para refugiarse (Éxodo 21:13). Allí estaría a salvo del vengador, es decir, del miembro de la familia encargado de vengar la muerte de la víctima (Números 35:19), hasta que el caso pudiera ir a juicio.

Hoy en día estas ciudades ya no existen, pero nosotros, como creyentes, tenemos nuestro propio refugio: Dios. Cuando estábamos condenados a una muerte eterna a causa de nuestros pecados, acudimos a Jesús buscando refugio y limpieza de nuestras malas acciones. Ahora que somos parte de Su familia, corremos hacia Él para encontrar consuelo, paz, fuerza y gozo.

Dios es nuestra roca y nuestro refugio. Cuando otras personas, circunstancias o el enemigo de nuestras almas está en contra de nosotras y trata de derribarnos, podemos ir a Dios y encontrar asilo en Él. Estamos seguras cuando estamos cerca de Él.

Oh Dios, eres mi roca, mi salvación, mi refugio. Tú eres mi fortaleza y mi torre alta. Acércame más y más a ti para no ser fuertemente sacudida. En el nombre de Jesús, Amén