Soltero, listo para relacionarseMuestra

Cuando Dios creó a Adán, lo puso en el jardín. Esto habla de la presencia de Dios. Adán también fue hecho a imagen de Dios; esto habla de la identidad. Antes de que Eva llegara a su vida, Dios le dio a Adán un trabajo. Era cuidar el jardín y nombrar a los animales. No era un trabajo muy bien remunerado, pero le permitía tener un lugar donde vivir y comida, y lo mantenía ocupado. ¿Quizás por eso no se sentía solo, porque no estaba desocupado? Dios tuvo que decirle que buscara una esposa. Esa es la forma que tiene Dios de entablar relaciones: si quieres una pareja, consigue un trabajo. No tiene que ser el trabajo de tus sueños, sino algo que ocupe tu mente, te mantenga productivo y ponga dinero en tu cuenta bancaria. 

El trabajo llegó antes de la caída del hombre, no vino como resultado de una maldición. Tener un trabajo te mantiene ocupado, lo que te ayuda a superar la tentación. Hay una gran diferencia entre José y David. Una de las razones por las que uno cayó en pecado sexual y el otro lo superó, fue este asunto de la ociosidad. José iba a la casa a hacer su trabajo; no estaba desocupado. No tenía tiempo para coquetear con la mujer de Potifar. David, en lugar de ir a la batalla, se quedó en casa y durmió todo el día. Le costó resistir la tentación de mirar a una mujer desnuda y terminó cometiendo un pecado. Es por eso que Dios quiere que te esfuerces, trabajes duro y te esmeres. Esto te ayuda con tu santidad, desarrolla tu madurez, y te prepara para pagar tu boda y para dirigir tu matrimonio. 

Cuando leas la Biblia, verás que Dios nunca llamó a personas perezosas y ociosas al reino. Moisés estaba trabajando para su padre cuando fue llamado. Eliseo también estaba trabajando cuando fue llamado. Pedro y Juan estaban arreglando las redes cuando fueron llamados. Si quieres prepararte para el matrimonio, consigue un llamado, consigue un trabajo.