[Serie Sublime amor] Siempre discutimosMuestra

La unión de dos campamentos

¿Cuántos de ustedes tienen una ofensa que necesitan resolver?, ¿cuántos llevan un registro de ofensas con sus hijos, con sus padres, con un compañero de trabajo, o con su cónyuge? ¿Cuántos aún tienen una ofensa en su corazón?

Veamos las Palabras de Salomón hacia su esposa: «Eres bella, amada mía; bella como la ciudad de Tirsá, hermosa como Jerusalén, majestuosa como las estrellas. ¡Por favor, ya no me mires, que tus ojos me conquistaron! Puede haber sesenta reinas, y más de ochenta mujeres; pero mi palomita amada es una mujer singular; ¡es una mujer perfecta!»

Y hay al menos siete versos que son pura poesía para su esposa, con esto vemos, que el corazón de Salomón también estaba sano, pues Dios también lo cambió. Salomón termina diciendo: «Vuélvete, vuélvete, oh sulamita; y te miraremos. ¿Qué veréis en la sulamita? Algo como la reunión de dos campamentos». ¿Qué ves en tu corazón? ¿Perdón, reconciliación, unidad, dos campamentos unidos? O por el contrario lo que ves es dos campamentos peleándose. ¿Que hay en tu corazón? ¿Luchas, guerras, ofensas, registro de lo mala que es la otra persona y lo bueno que eres tú? ¿Qué hay en tu corazón? ¿Enojos, frustraciones, expectativas no cumplidas?

Dejemos a Jesús, por medio de su Espíritu, que venga a esas ofensas y nos haga como a la sulamita, la reunión de dos campamentos, no la lucha entre ellos. Que el Señor haga algo en nuestros corazones, para perdonar a quien tengamos que perdonar, para que dejemos ir las ofensas y en donde podamos bendecir a quien nos ha lastimado. Estoy seguro que, por medio de este devocional, el Espíritu Santo está trayendo perdón y reconciliación a muchos corazones.

Te invito a orar conmigo, dile: «¡Señor, quiero que haya reconciliación en mi corazón, la reunión de dos campamentos, unidad en mi matrimonio, que haya perdón en lo que me cuesta perdonar, dame la gracia de soltar toda ofensa, pues sé que tú a mí me has perdonado tantas cosas, fui reconciliado contigo por el sacrificio de la cruz, por lo cual hoy decido perdonar, soltar ofensas y en mi corazón hay reconciliación. No más luchas, no más argumentos, no más expectativas, reconciliación y perdón, en Cristo Jesús, amén». 

Para ver el video sobre el cual se basó este devocional, te invitamos a seguir el siguiente enlace:  Clic aquí