[Ahora es el momento: Lucas] Edifica sobre la rocaMuestra

Hace falta equilibrio

«Y Jesús siguió creciendo en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y con los hombres». Jesús vivió una vida equilibrada, es decir, que atendió y creció en las cuatro áreas de la vida: mental, física, espiritual y social. 

Igual que Jesús, tú debes buscar el equilibrio, para lo cual es fundamental proteger la mente. Pero ¿cómo podemos lograrlo? Una persona promedio tiene alrededor de cuatro mil pensamientos durante un día normal y corriente, pero solamente un uno por ciento es diferente. O sea, el noventa y nueve por ciento de nuestros pensamientos diarios son los mismos del día anterior. Sin embargo, más interesante aún es el hecho de que, en su mayor parte, estos pensamientos son negativos. 

Esto crea un mal hábito mental. En vez de enfocarnos en todas las cosas buenas de la vida y pensar en las diferentes maneras de mejorar aquello que no nos gusta, tendemos a preocuparnos y ser esclavos de nuestro pasado. Estas actitudes son las que nos impiden alcanzar el equilibrio. Alguien dijo que la administración de la mente es la esencia de la administración de la vida. Determinadas personas se quejan de que su vida es muy amarga, porque tiene muchos limones. Otras, en cambio, toman esos limones y hacen una limonada para saciar su sed. ¡Todo comienza en tu mente! 

La diferencia entre las personas optimistas y las pesimistas es la manera que ven los eventos que ocurren en sus vidas. La optimista ve oportunidades de crecimiento en cada dificultad. Por el contrario, la pesimista ve dificultades en cada oportunidad. Tú eres lo que piensas. Crea el hábito de buscar lo positivo en cada situación que estés atravesando y encontrarás un lado brillante hasta en la más difícil y oscura de las circunstancias. ¡Ten la valentía de querer hacerlo! 

El equilibrio de la vida comienza en tu relación con Dios. De ahora en adelante, resguarda tu mente, sin aferrarte al pasado que te condiciona. Atrévete a soñar. Espera lo mejor. Te sorprenderás de los resultados, pues uno recibe lo que espera. Reemplaza cada pensamiento indeseable con uno positivo. Lo puedes hacer porque Dios está contigo como poderoso gigante.

Reflexiona 

¿A qué tengo que decir «no», de modo que pueda decir «sí» a las cosas que solo yo puedo hacer? ¿Cómo puedo estimular el aumento de pensamientos positivos en mi mente? ¿De qué modo se logra el crecimiento equilibrado? 

Responde 

Jesús tuvo equilibrio y creció en las cuatro áreas de la vida, ¿y tú? 

Ora 

Padre, en el nombre de Jesús, te pido que me ayudes a lograr el equilibrio en mi vida, de modo que pueda atender cada una de sus áreas y así disfrutar de la vida abundante que tú me has dado. Señor, ayúdame a tener sabiduría en el uso del tiempo que me concedes, de manera tal que tenga equilibrio y pueda ser la persona que quieres que sea.