[Serie Todo lo que necesitas] Para quienes están sedientosMuestra

Llenos a rebosar

El agua que Jesús da es como un manantial que brota dentro de nosotros para la vida eterna. Nunca se detiene. No se seca. El agua viva fluye como ríos dentro de nuestros corazones. ¡Y ese flujo no puede ser contenido! Se derrama en nuestro discurso y se derrama a través del canto. Nuestros corazones están tan llenos que buscamos maneras de expresar nuestra gratitud a Dios. Alabamos el nombre de Jesús a los que nos rodean.

A nuestro alrededor, la gente tiene sed. Quieren ver la espiga encendida. Sus corazones resecos quieren agua viva y podemos compartirla con ellos. A través de la morada del Espíritu Santo, sus vidas, como la nuestra, se transforman. Donde nada creció y la tierra se quemó y se agrietó, Dios puede hacer que aparezcan brotes verdes de vida nueva. Donde solo había malezas, cáscaras y tallos secos, él puede hacer que crezcan las flores, los helechos y los bosques. Dios transforma la tierra estéril en jardines.

Antes de que Dios creara al primer ser humano, las corrientes regaban el suelo. Cuando el Señor formó a Adán y Eva, los colocó en un jardín rodeado de ríos. Muchos años después, el profeta Isaías recuerda la abundancia de este primer jardín cuando habla acerca del rey que reinará en justicia. Ese rey es Jesús. Isaías dice que el rey justo compartirá su gloria. Otros reinarán con él. Serán como refugio del viento, refugio de la tormenta, sombra al sol y arroyos en el desierto. ¡Esta es una promesa increíble! Todos los que Jesús invita a venir a él, no importa cuán sedientos, humildes, impotentes y ordinarios puedan ser, se convertirán en gobernantes con él, saciarán la sed y traerán bendiciones.

Gracias a Dios por sus maravillosos planes para nosotros. Dale gracias por sus grandes obras y promesas. Él satisface a todos los que tienen sed. Él satisface a todos los que tienen hambre. Cristo es nuestro alimento y bebida espiritual. Él satisface todas nuestras necesidades. ¡Gracias a Dios por su amor inquebrantable!

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