¿Cómo Enfrentar El Agotamiento Extremo?Ejemplo

Este último paso en el proceso de restauración de Elías que veremos hoy es el más importante de todos. La mayoría de las soluciones que la cultura popular te ofrece hoy en día se quedan en el descanso físico, en concentrarse en el presente y no pensar en el futuro. Son soluciones limitadas porque no incorporan el componente de la restauración más importante: una relación reparadora con el Dios del universo que está profundamente interesado en ti. 

Elías se presentó en la montaña de Dios con el único propósito de encontrarse íntimamente con Él, alejado de todas las distracciones y tareas urgentes. Se enfocó en lo verdaderamente más importante. Elías sabía que lejos de Dios, no podría hacer nada y por eso derramó su corazón delante de Él. Abrió sus pensamientos de manera sincera con Él. 

Dios le dijo que pronto pasaría por la montaña y le pidió que estuviera pendiente. Primero fue un viento impetuoso, pero Dios no estaba en el viento. Luego hubo un terremoto grande, pero tampoco estaba allí. Luego, hubo un incendio, pero Dios tampoco estaba allí. Finalmente, hubo un suave susurro y Elías reconoció que Dios sí estaba allí.  Cuando reconoció que lo único importante era escuchar la suave voz de Dios,  todo cobró la perspectiva adecuada.

Tú y yo debemos aprender a apagar el ruido a nuestro alrededor para escuchar la suave voz de Dios. Él es un caballero y nunca va a gritarte u obligarte a hacer algo. Pero, si logramos hacer a un lado las cosas pasajeras y temporales, podremos escuchar la voz de Dios en nuestra vida.

Paso de Acción:

Toma tu calendario en este momento y agenda un día entero para estar con Dios. Probablemente hay “vientos”, “terremotos” o “incendios” que compiten por tu atención. Pero haz a un lado esas cosas y tómate un “sabático” para estar con Dios. Descansa de tu trabajo, ministerio y proyectos actuales para escucharlo a Él. Toma tu Biblia, tu playlist de adoración, tu diario de oración y vete a una cabaña el fin de semana, a un parque durante el día y piérdete en su suave susurro. ¡Eso restaurará tu alma agotada!

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