El reino de DiosMuestra
Diferencias fundamentales
Los cuatro evangelios fueron escritos con un objetivo de reino; solo Mateo y Lucas contienen la genealogía del Rey. La diferencia entre estas dos genealogías es que, la de Mateo comienza con Abraham y la de Lucas con Adán. La diferencia entre Abraham y Adán es que este fue creado, pero Abraham fue llamado. El reino no es para los creados, sino para los llamados. Desde Génesis 1 a Génesis 11, Dios intentó trabajar con la raza creada, pero abandonó definitivamente al «género de los creados». En Génesis 12 comienza a tratar con el «género de los llamados». El reino no le pertenece al género de los creados, sino al género de los llamados. Pablo dice que si somos de Cristo, ciertamente linaje de Abraham somos y herederos según la promesa. Esto implica que el género de los llamados es engendrado por el Espíritu.
Juan el Bautista tuvo el ministerio de la recomendación: recomendó a Jesús y lo bautizó en el Jordán. Deberíamos preguntarnos: ¿Por qué Jesús quería bautizarse, si Juan bautizaba para arrepentimiento? ¿De qué tenía que arrepentirse Jesús? ¿Quién bautizó a Juan?
Cuando Jesús descendió a las aguas del Jordán, Juan le pidió que lo bautizara a él, pero el Maestro le dijo: Es necesario que me bautices para que cumplamos con toda Justicia. Lo que ocurrió en el Jordán fue un asunto de reino.
Semejanza de muerte
Pablo plantea el tema del bautismo en Romanos: Porque si fuimos plantados juntamente con Él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección. No sé si alguna vez pensamos que fuimos plantados en la semejanza de la muerte de Jesús. Yo fui plantado juntamente con Él en la semejanza de su muerte y también lo seré en la semejanza de su resurrección. En realidad, en el original griego dice: «Crecemos en la semejanza de su muerte y crecemos en la semejanza de su resurrección». Tenemos la imagen de Jesús en el Jordán donde debía ser sepultado porque necesitaba resucitar. Todo el ministerio del reino se implementa en la resurrección. Por tanto, el bautismo de resurrección que da comienzo a su ministerio necesitaba tener una señal de resurrección. Jesús era la resurrección antes que lo crucificaran, por eso le dijo a Marta en Betania: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto vivirá. El poder de la resurrección de Cristo; actúa poderosamente en nosotros. En el reino solo opera lo que ha muerto y resucitado con Cristo, esa es una experiencia tangible.
Acerca de este Plan
Para edificar la iglesia se necesita operar en la nueva naturaleza del reino. Entendiendo que debemos valorar a los demás, que cada uno es importante para Dios y que se requiere cambiar la mentalidad individualista donde solo importa lo que beneficia a cada uno, y pensar en la necesidad de los demás.
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Nos gustaría agradecer a la American Bible Society / El Centro Network por proporcionar este plan. Para mayor información por favor visite: https://www.americanbible.org/