Navidad: el corazón de Dios envuelto en un fajadoMuestra

  Discusiones por la Navidad

  La gente pregunta a veces: “¿Te gusta la Navidad?”. ¿Gustar? ¡Dios planeó el mundo para ella! La encarnación es la llave para abrir el misterio de la historia y unir el significado de sus días como si fueran páginas en un libro. Sin Navidad, el mundo no tendría ningún significado; santos de antaño miraron adelante hacia la Navidad para comprender su significado, mientras que los cristianos contemporáneos miramos atrás por la misma razón.

La venida y la obra de Cristo son el mayor logro de Dios, de modo que no adorar el día de Navidad es escandaloso. Es el día de Él, y no la “Fiesta del pavo asado”. Quienes ponen objeciones a que el 25 de diciembre haya sido una celebración pagana en mitad del invierno no tienen perspectiva alguna. Bien pueden decir igualmente que no podemos cultivar trigo en un campo porque antes crecían espinos en él.

Y también están quienes se quejan contra su comercialización, objetando por las personas que gastan lo que no tienen en regalos que nadie necesita. Su queja es que todas las compras, ventas, dar y recibir insulta a una celebración de familia, fe y entrega. De nuevo, tienen mucha retórica pero poca perspectiva, y olvidan que ellos no saben lo que no saben. “E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne” (1 Timoteo 3:16). La Navidad honra la encarnación, la venida del Verbo hecho carne tal como proclama Juan 1:14: “Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad”. Este es el significado de la Navidad aparte de cualquier interpretación complementaria, puntos de vista contrarios, carga religiosa, o discusiones vanas.