La plenitud de CristoMuestra

Cristo en mí

Pablo, expresó: «Cristo en mí», porque Dios se lo reveló. Por eso dijo: «al Padre le plació revelar a su Hijo en mí». Necesitas tener una experiencia del Hijo revelado, no tan solo que sepas de la religión cristiana, o que digas Cristo es un maestro, un profeta o diga cualquier cosa histórica de él, sino que sea una realidad revelada por  Dios a tu vida, por la única manera posible: que te lo imparta. Nadie puede recibir revelación de Cristo, fuera de él. Es «Cristo en mí».

Pablo expresa, que al Padre le plació revelar a su Hijo «en mí», no «a mí». Puedes tener un conocimiento externo, como aquella gente que tiene conocimiento histórico de Cristo, porque lee sobre él. De hecho, todos los que vivimos en el occidente del planeta, manejamos el tiempo antes de Cristo y después de Cristo. Cada año celebramos la Navidad, y hablamos de su nacimiento, así como en Semana Santa recordamos su muerte. Pero no pasa de un evento histórico y cultural de nuestros pueblos. Otros tienen conocimiento bíblico, pues van a los Evangelios y saben algo de Cristo, leen las epístolas y pueden identificar diferentes cosas acerca de Cristo. Pero algo diferente es que tengas una experiencia de que el Padre lo haya revelado «en ti». La única manera que Cristo haya sido revelado en ti, es que lo haya impartido a tu vida. Por eso el Padre lo da a conocer. 

Pablo explica la plenitud de Cristo, como el plan de Dios para que, en Cristo, Dios sea glorificado y a través de la iglesia, Cristo sea reconocido. La plenitud del Padre está en Cristo. La plenitud de Cristo está en la iglesia. 

«Plenitud» implica llenura total, algo que es completamente invadido, inundado de ello. En Cristo habitó la plenitud de la deidad. Es decir, que en Cristo había una invasión total de Dios. Nada de Dios quedó fuera de él. Todo en él, y expresado en él. Lo maravilloso, dice la Biblia, que de la plenitud de Cristo tomamos todos. Esa plenitud es inagotable. Gracia sobre gracia. Esas medidas de gracia se incrementan en nosotros, cuando Cristo es conocido en nuestra vida. 

Para reflexionar

¿Puedes decir como Pablo, «Cristo en mí»? O tienes solo un conocimiento histórico, bíblico o teológico. Oro para que Cristo te sea impartido y hacia adelante sea Cristo en ti.