Las abundantes riquezas del reinoMuestra

¿Sabes cuáles son las riquezas de la gracia?

El mensaje de la gracia tiene poder de edificar y dar herencia entre todos los santificados. ¿Sabes el tamaño de la herencia que tenemos en Cristo? Por eso no hay ningún evangelio que sea diferente al de la gracia que podamos predicar. El fundamento en el cual se edifica tiene que ser en la gracia expresada en el nuevo pacto para que su herencia sea una realidad en nuestras vidas.

El apóstol Pablo ya tenía tres años de enseñar a los creyentes de Mileto, de día y de noche les instruía, y no dejaba de amonestar con lágrimas a cada uno en particular. La amonestación y la instrucción eran su forma continua de trabajo, porque necesitaba que las personas que estaban siendo reeducadas por él entendieran que habían dejado de pertenecer a la antigua creación y ahora habían sido renacidos de una semilla incorruptible y habían sido trasladados a un reino inconmovible donde solamente podían ser reubicados los que habían sido nueva creación. 

Por eso, la educación de los hijos de Dios no puede ser como personas de la antigua creación tratando de mejorar, sino personas de la nueva creación tratando de entender esa realidad. Pablo pasaba día y noche entrenando a estas personas para que entendieran el traslado, la nueva realidad, la nueva nacionalidad. Esta nueva realidad que cada uno de los que estamos en Cristo tenemos, pero les hacía una advertencia. 

Él estaba seguro de que, después de su partida, entrarían lobos feroces que querrían acabar el rebaño. Es la apostasía. Los lobos feroces no son personas que se pudieran identificar como personas malas, sino como personas buenas que venían a mezclar los pactos para que no se revelara a las personas su realidad en Cristo, una obra consumada en la cruz. Sino que creyeran que todavía faltaba algo por hacer, insultando a la obra perfecta de Cristo. Pablo llama a esas personas lobos feroces o rapaces; y la metodología que usarían sería la apariencia de piedad. 

Serían personas que parecen piadosas, santas, logrando que otros los escuchen por esa apariencia y la palabra santidad. Así hacen creer a otros que todo lo que lleva la palabra santidad lo va a alimentar, pero tenga cuidado porque los lobos usan palabras de piedad con tal de llevarse cautivos a aquellos que no entienden la obra perfecta de Cristo, la que les trae la edificación correcta y el disfrute de la herencia. 

Oremos

Señor, que se nos ilumine la obra perfecta de Cristo en la cruz. 

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