Tengo preguntas: ¿podemos hablar de consentimiento?Muestra

Todos tenemos cosas a las cuales tememos (arañas, alturas y hablar en publico, ¡solo por nombrar unas pocas!). Pero hay un temor mayor que muchos de nosotros tenemos en común: ser rechazados. El rechazo es un temor significativo, porque uno de nuestros grandes deseos es saber que formamos parte de algo. Cuando los demás nos rechazan o nos hacen sentir que no encajamos nos puede parecer que nuestro mayor temor se está haciendo realidad.

Pero el apóstol Juan nos cuenta que, cuando se trata del amor de Dios, nunca debemos tener miedo al rechazo. De hecho, el amor de Dios por nosotros tiene el poder de destruir el temor, porque su amor es perfecto. No nos fallará, o abandonará, y, ciertamente, no nos rechazará. Sin importar lo que hayas hecho o de dónde vienes, tú puedes estar seguro de que, debido al perfecto amor de Dios, tú tienes un lugar al que puedes pertenecer. Esta semana, memoriza este verso y prepara tu alarma para recordarte pausar y decírtelo tu mismo.