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 Que se amen los unos a los otros. Este parece un mandamiento bastante simple, ¿no? En teoría, amar a los demás es ciertamente una cosa fácil de hacer. ¿Pero en la vida real? Bueno, ¡no siempre es tan fácil! ¿Cuando la gente nos hace daño o nos perjudica? Bueno, entonces amarse los unos a los otros se vuelve mucho más difícil. La buena noticia es que no se nos pide que resolvamos esto por nuestra cuenta. Dios puede obrar en nosotros para ayudarnos a amar a los demás. Y cuando hacemos el simple esfuerzo de mostrar amor a todos, incluso a los que son muy difíciles de amar, estamos mostrando algo de quién es Dios al mundo que nos rodea. Escribe este versículo en algún lugar donde puedas verlo esta semana como un recordatorio para usar tu influencia y amar a los que te rodean.