30 días de salud emocionalMuestra

Me quedé espantada. El tejido corporal extraño, que no estaban seguros si deberían hacerle una biopsia, se había convertido a cáncer. Pequeño, sí. Tratable, pero totalmente inesperado.

Mis pensamientos y temores llenaron mi mente mientras trataba de averiguar cómo bregar con la llamada que recibí. Estaba en mi oficina pero necesitaba alejarme del trabajo rápidamente, solo no podía irme sin decir por qué.

Lloré la noticia a un compañero de trabajo. Y luego mi jefe me preguntó si podían orar por mí. Mientras oraba, sentí que la paz de Dios regreso a mi corazón.

A través de mi cirugía y tratamientos, momentos de miedo volvieron, pero me inspiré profundamente en la comodidad de conectarme con la Fuente de la Vida. Traté de reconocer la ansiedad como una notificación que me recuerda que me debo recargar espiritualmente conectándome con mis oraciones. Me ayudó a afrontar los momentos grandes y aterradores de mi vida; también me ayudó diariamente.

Podemos aprender mucho sobre la oración con mirar el ejemplo de Jesús. Él oraba muy a menudo. En el versículo de hoy, se levantó cuando aún estaba oscuro y pasó los primeros momentos de su día hablando con Dios. Cuando seguimos Su ejemplo y sintonizamos nuestros corazones con el de Dios; nos preparamos para enfrentar las oportunidades y los desafíos que tenemos por delante y garantiza que nuestro tiempo de uno-a-uno no se supera por un itinerario apretado.

Mientras incorporamos la recarga espiritual en nuestro cada día, recibimos la paz de Dios y estamos en su presencia. Que seguimos el ejemplo de Jesús rápidamente y hacemos la oración una prioridad mientras hablamos con Aquel que más nos ama.

~ Dawn Tolbert