El Milagro de PascuaMuestra
LA MISIÓN DE RESCATE MÁS GRANDE
Escrito por Danny Saavedra
“La siguiente declaración es digna de confianza, y todos deberían aceptarla: «Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores.’” —1 Timoteo 1:15 (NTV)
Las comunes escenas de rescates inconcebibles son unas de las narraciones más impresionantes en las películas. Desde Black Hawk Down hasta el Capitán Phillips y Star Wars Episodio IV: Una nueva esperanza, la misión de rescate es a menudo una narración emocionante y caótica.
¿Qué es lo que nos atrae a este tipo de historias? ¿Por qué tenemos tanta satisfacción y alegría al ver a alguien rescatado? Tal vez sea por la emoción y la acción o la trama de la historia. Pero podría ser algo más. Tal vez sea porque en el fondo, en lo más profundo de nuestras almas, todos y cada uno de nosotros nos damos cuenta de que estamos desesperados, indefensos y necesitamos desesperadamente un rescate. ¡Y la buena noticia es que existe un rescate disponible para todos nosotros!
El verso de hoy dice que “Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores”. La palabra usada por Pablo aquí es salvar, que significa “rescatar; librarse del peligro, rescatar de la destrucción y llevarlo a una seguridad divina.” Usted ve, en Génesis 2:17 (NVI),
Dios le dio a Adán una simple orden, diciendo: “…pero del árbol del conocimiento del bien y del mal no deberás comer. El día que de él comas, ciertamente morirás.”
A través de la desobediencia de Adán y Eva, el pecado entró en el mundo y tal como Dios lo advirtió, por ese acto de desobediencia, sellaron el destino de toda la humanidad trayendo la muerte a este mundo. En ese momento, sus espíritus murieron.
Por medio de un solo hombre el pecado entró en el mundo, y por medio del pecado entró la muerte; fue así como la muerte pasó a toda la humanidad, porque todos pecaron.”(Romanos 5:12 NVI). Su pecado se convirtió en nuestro pecado, su destino se convirtió en nuestro destino, y no podiamos salvarnos de este destino.
Éramos, como afirmó Pablo, esclavos del pecado, lo que “trae condenación para todos” (Romanos 5:18 NTV). ¿Por qué? Porque el pecado nos separa del Dios santo y perfecto. Entonces, para devolvernos la vida, se requería la muerte, sangre necesitaba ser derramada. Levítico 17:11 (NKJV) dice: “Porque la vida de toda criatura está en la sangre... ya que la propiciación se hace por medio de la sangre.” Romanos 6:23 (NVI) dice:” Porque la paga del pecado es muerte.”
Pero debido a que Dios nos ama tan profundamente, no nos dejó a nuestro bien merecido destino. No nos dejó sumidos en pecado. ¡No! Él envió a su Hijo al mundo para “dar su vida en rescate por muchos” (Mateo 20:28 NVI) “para rescatarnos de este mundo malvado en el que vivimos” (Gálatas 1:4 NTV). “Mientras aún éramos pecadores, Cristo murió por nosotros” (Romanos 5:8 NVI).
En este día, que cariñosamente llamamos Viernes Santo, nuestro Señor Jesús fue golpeado, insultado, azotado, condenado injustamente, obligado a cargar nuestra cruz, ¡y luego fue clavado a ella y murió! En ese momento, Jesús pronunció: “Tetelestai... “Lo que significa “está terminado” (Juan 19:30). ¡La deuda fue pagada, el castigo había sido cumplido! La obra de redención de Dios para el hombre caído fue completa; misión cumplida. ¡La sangre del “Cordero de Dios que quita los pecados del mundo” (Juan 1:29 NTV) había sido derramada sobre el altar de la eternidad!
La muerte de Jesús en la cruz pagó la deuda del pecado para toda la humanidad. Tomó toda nuestra iniquidad sobre Sus hombros y conquistó el pecado en la cruz. “Fue traspasado por nuestras transgresiones, fue aplastado por nuestras iniquidades; el castigo que nos trajo la paz fue sobre él, y por sus heridas fuimos curados” (Isaías 53: 5 NIV).
Piensa hoy en todo lo que esto significa. Hace 2.000 años, Jesús, el Hijo de Dios, que tiene el universo en sus manos, fue literalmente quebrantado y asesinado. Fue clavado públicamente sobre la cruz y murió. Y mientras esto sucedia, Él estaba allí por toda la humanidad, para la humanidad en general, ¡Él también estaba allí por NOSOTROS! ¡Tu nombre estaba en Su corazón, tu rostro estaba en Su mente, tu alma fue lo que lo mantuvo en esa cruz porque Él te ama profunda e incondicionalmente!
Escrituras
Acerca de este Plan
Estas invitado a participar en nuestro Plan devocional de Pascua, el cual que te llevará a lo largo de la última semana de la vida de Jesús. Cada día, podras observar dónde estaba Jesús en Su camino hacia la resurrección mientras reflexionas sobre dónde te ha traído y cómo ha trabajado en ti.
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Nos gustaría agradecer a Calvary Chapel Ft. Lauderdale por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://CalvaryFTL.org