Buen CorajeMuestra

Generosidad con coraje

En el versículo de hoy vemos a un hombre que se acerca a Jesús y le pregunta: “¿Qué debo hacer para heredar la vida eterna?” Es importante notar que el hombre era una buena persona. Obedecía todos los mandamientos desde joven, reconocía a Jesús como maestro y dijo haber practicado la honra a sus padres, no mentía, prácticamente presumía de tener todo cubierto. Sin embargo, aún había un área en su corazón en la que no había permitido a Jesús ser Señor.

Jesús le respondió “vende todo, dalo a los pobres y sígueme”, y el joven entristecido se fue.

¿Te ha pasado que ves unos zapatos o algún nuevo celular y dices: “los quiero, son los que siempre quise”. Pero cuando vemos la etiqueta del precio, luego ya no lo queremos tanto. Este hombre quiere la vida eterna, pero no el precio.

La vida eterna no se compra con dinero, se recibe siguiendo a Jesús como Señor. Vemos por lo tanto que “el joven rico” no tenía un problema de dinero, tenía un problema de perspectiva.

Por la actitud que leemos en el joven rico, vemos que podía dejar que Jesús fuera dueño de diferentes áreas en su vida, en el trato a sus padres, en su forma de hablar, pero no podía dejar que Jesús fuera Señor de su dinero.

Para algunos no es el tema del dinero, por ejemplo muchos no permiten que Dios tome el control de una ofensa en su corazón o de sus actitudes. El tema central no es ninguna de estas cosas, lo importante de seguir a Jesús es entender que declarar que Él es nuestro Señor, representa la base que nos permite rendir cualquier cosa en nuestra vida. No es que rendimos la mayoría de nuestras áreas en la vida y entonces calificamos para ser seguidores de Jesús, sino lo contrario, seguimos a Jesús y nuestra vida entera se rinde a Él.

¿Qué te está deteniendo para seguir a Jesús de todo corazón? ¿Qué área en tu vida consideras que no has permitido que Jesús sea Señor? La voz de Dios dentro de cada aspecto de nuestro diario andar es lo que nos permite vivir la vida en abundancia que Él ha prometido para todos nosotros.


Oración

Jesús te reconozco como mi Señor, ayúdame a ver qué cosas me han impedido seguirte con todo mi corazón, y ayúdame a ser valiente para poder entregarlo, y seguirte. Tú eres el centro de mi vida, más que cualquier otro bien, pues el conocerte a ti como el único Dios verdadero, es la vida eterna.