[Serie #Vida] Solteros - Siempre es mesa para dos Muestra

Libertad 

La libertad es parte de la soltería. Eres libre de hacer lo que quieras. Puedes salir o romper con quien quieras. El tiempo, atención y elecciones son tuyos. Sin embargo, después de la libertad viene el dolor. A menudo hay dolor en la espera. Fui uno de los últimos de mi grupo de amigos en casarse. Esperar no es fácil. A veces, la gente quiere ponerte en contacto con alguien. La verdad es que me preguntaba y le pedía a Dios si alguna vez iba a suceder. Me dolía el corazón por la espera. Si eres soltero debido al divorcio, también hay dolor allí. No existe un buen divorcio. También hay dolor por la muerte de un cónyuge. Hay dolor y sufrimiento. La libertad y el dolor son ambas etapas de la soltería. Independientemente de las circunstancias, la libertad se convierte en dolor y se produce una herida. Tu corazón está orando por la persona o el entorno adecuado.

Es importante que sepas que Dios no te está haciendo pagar por nada. No estás siendo castigado. El mensaje clave para los solteros es la rendición. Dios quiere que le entregues tu corazón y tu futuro a Él. No revivas tus circunstancias ni vivas en el dolor. Ríndete a tu soltería y confía en que Él es consciente de tus deseos.

Algunos de nosotros vamos de un lado a otro confiando en Dios un minuto, y al siguiente, regresando a la duda y al temor por nuestro futuro. Nos quedamos atascados en un hoyo con nuestra soltería y no podemos salir.

Si alguna vez has estado en un parque de diversiones o en una feria estatal, ¿has visto un paseo que es un barco que va y viene? Luego sube, llega hasta arriba, y comienza a dar vueltas y vueltas. Esa es la parte divertida, cuando da la vuelta. Si te sientes atascado y no puedes sentir la diversión y la libertad del lugar donde Dios te tiene, sabe que puedes salir de esto. Entrega tu corazón, tu voluntad y tu futuro a Dios. Ora y dile: “Señor, te entrego mi soltería. Confío en Ti y creo que mi futuro está en Tus manos. Rendirme es el lugar donde necesito estar. Gracias, Padre, por darme el regalo de la soltería para que pueda buscarte más. Amén”.