[Visión 20:20] TriánguloMuestra

Evalúa tu paso 

Uno de los lados importantes de este triángulo es nuestro PASO. Necesitamos evaluar nuestro paso. ¿Cuál es nuestro paso? ¿A qué velocidad nos estamos moviendo? ¿Estamos yendo muy rápido? ¿Estamos yendo muy despacio? ¿Estamos siendo perezosos? ¿Estamos siempre muy ocupados?

La Biblia habla mucho acerca del descanso. El descanso es bueno para nosotros, pero demasiado descanso no lo es. Debe haber un balance entre el trabajo y el descanso. Mucho trabajo todo el tiempo, una preocupación constante, siempre tratar de hacer más, nunca delegar nada, siempre decir que sí a todo, puede matar el gozo en nuestras vidas. Por eso es que Dios nos llama a descansar. Dios quiere hacer algo en nosotros con el descanso. 

La Biblia dice: «Acuérdate del sábado, para consagrarlo al Señor. Trabaja seis días y haz en ellos todo lo que tengas que hacer, pero el séptimo día es de reposo consagrado al Señor tu Dios. No hagas ningún trabajo en ese día, ni tampoco tu hijo, ni tu hija, ni tu esclavo, ni tu esclava, ni tus animales, ni el extranjero que viva contigo. Porque el Señor hizo en seis días el cielo, la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos, y descansó el día séptimo. Por eso el Señor bendijo el sábado y lo declaró día sagrado». Éxodo 20:8–11 (DHH).

Necesitamos aprender a ser estratégicamente no estratégicos. El paso correcto debería ser tener un día de vacaciones una vez por semana. No una vacación una vez al año. Si podemos desarrollar una agenda de «Sábado», podremos desarrollar un corazón de «Sábado». Un corazón de Sábado descansa en conocer a Dios durante la semana. Descansa en conocer a Dios, descansa en su Palabra y en saber que él pelea nuestras batallas. 

Puedes preguntarte, ¿cómo hago esto como padre, cuando tengo que estar avanzando constantemente? Tal vez no logremos hacerlo todo el tiempo, el hecho de pausar todo y descansar. Pero el «Sábado» se trata de hacer algo que nos refresque. Para algunas personas es estar afuera, salir a caminar, para otros es refrescante hacer trabajos de jardinería. Encuentra algo que refresque tu alma. 

Nuestro Domingo debería ser nuestro «Sábado». Deberíamos hacer cosas que nos dejen bien descansados para comenzar el Lunes. Si estás casado y tienes hijos, tal vez una cita de dos horas con tu pareja puede refrescar tu semana y tu matrimonio. Tiempo a solas con Dios también es refrescante. Aparta una hora para estar a solas con Dios, para leer su Palabra y orar. ¿Tienes idea de lo que una hora a solas con el Señor puede lograr en tu vida?

Pensamiento del día: Trata de encontrar un día en la semana para refrescarte. ¿Qué cosa puede refrescarte? ¿Con quién puedes pasar tiempo en tu «Sábado»? ¿Serías capaz de evaluar tu paso este año?