[Visión 20:20] TriánguloMuestra

Que la cruz sea tu centro 

Necesitamos evaluar nuestro PASO y nuestra PERSPECTIVA, y hacer que el centro de nuestras vidas sea la CRUZ de Jesucristo. Esa es la pieza central de nuestro triángulo. Jesús es el ejemplo perfecto de un paso perfecto y una perspectiva perfecta. Cuando él llegaba a algún lugar, lo hacía en el momento correcto. Cuando salía de algún lugar también lo hacía en el momento correcto. Él no sanaba a todas las personas en cada ciudad a la que iba, sanaba solamente a aquellos que necesitaban ser sanos. No hacía todos los milagros que las personas querían que él hiciera, hacía los milagros que él necesitaba hacer. 

En ese paso nos dio la perspectiva correcta, la perspectiva de la cruz de Jesucristo. En el Huerto de Getsemaní, cuando él dijo: «que no se haga mi voluntad, sino la tuya» (Ver Lucas 22:42), él estaba viendo las cosas desde la perspectiva correcta. Tenía miedo, sin embargo, eligió mirar las cosas desde la perspectiva de Dios. Aun en la cruz, él podía haber terminado todo y ganado la batalla de una forma totalmente diferente, pero eligió ver todo desde la perspectiva correcta y eligió ganar la batalla a través de su resurrección. 

La resurrección fue el aspecto victorioso de la batalla, no los ángeles que vinieron y lo sacaron de la cruz. La resurrección fue la victoria. Su perspectiva iba más allá de lo que los discípulos podían ver hasta ese momento. Nuestro paso y nuestra perspectiva deben estar siempre basados en la cruz de Jesucristo.

¿Cómo logramos tener la perspectiva correcta? A través de conocer a Jesús como nuestro Salvador. Haciendo que la cruz de Cristo sea nuestro centro. ¿Has confiado en Jesús? Jesús, el de el paso perfecto, la perspectiva perfecta, quien murió en la cruz para que nosotros podamos poner nuestra fe en él. Cuando logramos darle el control de nuestras vidas a él, lo que sucederá es que nuestra perspectiva será cambiada. Tendremos una perspectiva totalmente diferente. Nuestras vidas comenzarán a ser acerca de las cosas de Dios. No más un camino ancho, sino una senda estrecha. No más agua salada, sino el agua viva de Jesucristo. No más una perspectiva terrenal, sino una perspectiva celestial. No se tratará más de lo que está pasando aquí en la tierra, será: «¿Que estás haciendo en mi corazón desde el cielo, Dios?». No vamos a pasar por pruebas y querer solamente que el dolor pare, vamos a decir: «Dios, quiero que hagas algo profundo en mi vida a través de esto». De esa manera, nuestro paso y perspectiva estarán basados en el Príncipe de Paz, Jesucristo.

Pensamiento del día: ¿Has hecho que la cruz de Jesucristo sea el centro de tu vida?