Principios bíblicos para el manejo saludable de las emocionesMuestra
Las emociones son diferentes a los estados de ánimo
Pablo distingue entre emociones y estados de ánimo:. Aquí se sugiere que la ira puede prevenirse en degradarse en pecado, si se le coloca un tiempo límite de duración: no se ponga el sol sobre vuestro enojo”.
Este pasaje nos enseña la diferencia entre emociones y estados de ánimo. Una cosa es experimentar la rabia puntualmente, como una reacción aguda, ante una situación o evento, y otra permanecer con rabia, adoptar la rabia como un hábito. Asimismo, no es lo mismo experimentar la tristeza ante la pérdida de un ser querido como una respuesta de corto plazo, que permanecer en la tristeza hasta que esta se convierta en un estado de ánimo, dando lugar a la depresión. Igualmente, el dolor o el miedo, pueden convertirse en estados emocionales patológicos, cuando su permanencia se alarga en el tiempo.
Las emociones en su expresión sana tienen un ciclo de vida corto
El funcionamiento de las emociones es de carácter transitorio y de ciclo limitado. Una vez su misión haya concluido debería agotarse en sí misma con la situación que la generó (eso es lo sano). Alguien traspaso mis límites, aparece la rabia para proporcionar la energía y firmeza para hacer valer mis límites. Un evento se torna peligroso y aparece el miedo como mecanismo para tomar medidas preventivas y garantizar la supervivencia. Perdí un amigo o familiar y aparece la tristeza para organizar el duelo que necesito transitar para asimilar el valor de lo perdido. Pero si me quedo, por ejemplo, rumiando la rabia, la ira puede hacerse crónica y perjudicial. Y esto es lo que el apóstol Pablo nos previene al decirnos: “no se ponga el sol sobre vuestro enojo”.
Cuando la rabia, que es el caso que trata el apóstol Pablo en Efesios 4:26, se cronifica, se añeja, se convierten en resentimiento, rencor, amargura u odio.
¿Tiene la tendencia a caer en estados de ánimo?
Escrituras
Acerca de este Plan
Las emociones constituyen un componente fijo de nuestro programa de comportamiento. Las emociones no son buenas ni malas, pues no tienen carácter moral. Son disposiciones para actuar y resolver. Las emociones nos brindan la dirección que requerimos para actuar en cada situación, y la referencia acertada de lo que nos sucede en un momento determinado. Pero requieren se manejadas con sabiduría.
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Nos gustaría agradecer a Arnoldo Arana por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://vidaefectiva.com/