Cómo lidiar con el sufrimientoMuestra

Job

¿Conoces la historia de Job? La Biblia describe a Job como un hombre que era saludable, correcto, temeroso de Dios, alejado del mal. Tú y yo vivimos en un mundo golpeado por el pecado, pero la situación de Job fue más allá. Satanás argumentó que Job era bueno solamente porque Dios lo había bendecido abundantemente. Dios quiso probar que Satanás estaba equivocado, así que le permitió atormentar a Job.

Job pasó de ser próspero y saludable a perder todo lo que poseía. Él perdió a sus hijos y se enfermó con llagas en la piel. La Biblia habla acerca de un hombre que experimentó toda suerte de sufrimientos: no solo sufrió dolores de cabeza sino también físicos. Ahora, si nunca has leído el libro de Job, te animo a que lo hagas. Hay mucho que aprender sobre la vida de Job. El libro nos enseña cómo confiar en Dios incluso cuando la vida puede parecer injusta, y cómo Dios es lo suficientemente grande para lidiar con tu sufrimiento.

Aunque no voy a discutir toda la historia de Job, hay un versículo que resalta. Dice: «Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito». 

Dos cosas vienen a mi mente cuando pienso en Job: una es cuán preciosa verdad es la soberanía de Dios. La soberanía de Dios no es un asunto académico. Cree que Dios revela en su Palabra sobre su soberanía absoluta. Cuando Job dice: «Jehová dio, y Jehová quitó», eso debe recordarte, cuando recibes, que eso viene de Dios. Si pierdes algo, en su soberano plan, ¿está explicado? Está en el plan soberano de Dios. De hecho, a Dios le duele cuando sufres y, aun, sigue formando parte de su plan final. Él tiene la razón final. Hay un propósito aun en tu dolor y este va a ser para su gloria.

La segunda cosa es la adoración de Job en medio de su sufrimiento. Job entendió que Dios es glorificado. Nosotros no somos el centro del cuadro, Dios es el centro. Job emerge de su sufrimiento aprendiendo cosas que no sabía antes y demostrando el trabajo de Dios en su vida. Dios lo recompensó al final y, si bien esto no amortiguó ni quitó el dolor que sentía, hubo un propósito.

Vas a pasar por momentos difíciles. Mantente sometido a Dios a través del proceso y aprende todo lo que Él quiere formar en tu vida a través de esas dificultades. La cosa menos sabia que puedes hacer durante tu sufrimiento es aislarte de la iglesia o de su Palabra. Allí es cuando más necesitas ser animado y que se te recuerde su verdad.