Reto Detox Para El CorazónMuestra

 Renuncio

Jesús también sintió deseos de renunciar. Sí, antes de ser arrestado, Jesús, quien sabía lo que pasaría: el rechazo de aquellos que él tanto amaba, el dolor de los latigazos, la vergüenza de su cara escupida, sus ropas arrebatadas, el uso de una corona de espinas, y la muerte más vil, muerte de cruz… en un minuto todos estos sucesos pasaron por su mente, y sintió deseos de renunciar. Fue ante su Padre y postrado le pidió que si existía la posibilidad, no le permitiera pasar por todos esos dolores.

¿Cuántas veces has estado ante puertas cerradas? Las cuales te has cansado de tocar y nadie abre; ¿cuántas veces has mirado ese diagnóstico y decidido afrontarlo con esperanza? Pero, cada día la situación empeora en vez de mejorar; ¿Cuántas veces te has postrado a orar a favor de esa persona que tanto amas, pidiendo a Dios que le cambie, que le enseñe a ser mejor persona? Y, tus oraciones parecen caer en el vacío; ¿cuántas veces has insistido en hacer las cosas correctas, y solo recibes quejas y exigencias?

Pareciese que todo tu esfuerzo por continuar, por permanecer, no vale la pena, ¿para qué insistir si las cosas no cambiarán? ¿Por qué mejor no renunciar, al final todo estará igual?

Jesús  completó su oración diciendo: “pero no sea como yo quiero, sino como tú”.

Jesús sabía que la decisión de renunciar no estaba en él, sus acciones eran parte de un propósito mayor a él mismo. 

Cuando hayan en ti deseos de renunciar, de dejar de intentar, de detenerte… póstrate sobre tus rodillas, y presenta tus temores /dolores ante Dios, él oirá.

Dios desea interceptar tu camino con su voluntad. Dios quiere pelear por ti. Dios anhela entrar en tu hogar y hacer morada allí. Dios desea abrirte puertas que nadie podrá cerrar. ¡No renuncies! Aun cuando pienses que no puedes más, pues Jehová es tu fortaleza y tu escudo, según lo dice Salmos 27:7. ¡No renuncies! Dios no tarda en llegar.