Sabiduría para la vidaMuestra

Con calma

¡Apresurados! ¡Desesperados! Términos que nos describen muy bien. ¡Todo rápido! ¡Todo ya! ¡Lo más que se pueda! Muchas veces, esta es nuestra forma y estilo de vida. Estamos ocupados en tantas cosas, tratando de alcanzar la mayor cantidad de metas y objetivos posibles, que en medio de tanto movimiento tendemos a olvidarnos de lo importante.

Dios ha dado al hombre grandes virtudes. Son muchas las cosas que podemos conseguir y lograr gracias a las capacidades que Dios ha puesto en nosotros. Pero una de las cosas, o mejor dicho uno de los puntos débiles que tenemos, es nuestra gran ansiedad. En la desesperación por lograr nuestros sueños, nos movemos tanto, invertimos tanto, ponemos todo nuestro esfuerzo, abarcamos tanto, que en medio del trayecto ya nos sentimos cansados, abatidos e imposibilitados de lograr nuestros objetivos.

El día de hoy quiero animarte a que, como Hijos de Dios, una vez más examinemos nuestra vida y pensemos, en primer lugar, en lo importante, en las prioridades, en aquello que Dios quiere y planea para nuestra vida. Enfoquemos nuestra vida en lo que Él quiere que pongamos suma atención. De esa manera, vamos a prosperar, pero, si nos desenfocamos, vamos a terminar corriendo desesperadamente hacia un montón de lugares y a la vez a ninguno que nos satisfaga. Pensando, analizando nuestra vida y nuestras prioridades y con el foco puesto en ellas vamos a abundar en bendición.

“Que Dios te haga una persona sabia y en consecuencia una persona próspera”.