Dinero E Inversiones Con Los Hermanos KwakMuestra

Invertir Parte 2

Mi amigo Caleb una vez me dijo: «Daniel, creo que demasiada gente está más enfocada en cargar sus teléfonos que en cargarse a sí mismos».

Recuerdo que en el momento exacto en que dijo esto, mi corazón se hundió por completo. Recordé todas esas veces cuando miré mi teléfono, vi la notificación de batería baja, e inmediatamente comencé a buscar un enchufe de pared para cargar mi teléfono. ¿A menudo reaccionamos de la misma manera cuando nuestros espíritus están sin carga? ¿Nos apresuramos a encontrar la Biblia más cercana para que la Palabra de Dios nos llene? ¿Qué tal cuando nuestras mentes están desanimadas? ¿Nos apresuramos al libro, podcast o video más cercano que nos ayude a desarrollarnos personalmente? Dudo que lo hagamos. Sé que al menos puedo hablar por mí mismo.

En teoría, ni siquiera deberíamos estar reaccionando a «niveles bajos» cuando se trata de nuestro espíritu y mente. Debemos ser proactivos en lugar de reactivos. A menudo, la negligencia en estas áreas nos causa problemas en el camino que a menudo no vemos venir. 

Muchos de nosotros tomamos el mismo enfoque con nuestras finanzas y empresas de inversión. A menudo descuidamos a dónde va nuestro dinero cuando se trata de inversiones, y simplemente dejamos que otros «se ocupen de ello por nosotros».

¿Te digo que vuelvas a la universidad y consigas un título en finanzas? No, para nada. ¡Eso sería demasiado caro, de todos modos! Pero la pregunta con la que te desafío hoy es: Si realmente creemos que nuestras finanzas pertenecen a Dios, ¿no deberíamos ser proactivos en cuanto a ser mejores mayordomos?

Como empresario de inversión inmobiliaria, he conocido a demasiadas personas cuyas finanzas podrían mejorar drásticamente tanto en el crecimiento como en la sostenibilidad explorando opciones fuera del mercado de valores. Frecuentemente, por descuido se mantienen estancados, hasta que llega un momento en el que se ven obligados a cambiar.

Proverbios 27:23 dice: «Asegúrate de saber cómo están tus rebaños; cuida mucho de tus ovejas». Te animo a consultar con el Espíritu Santo para aprender a ser proactivo y dejar de lado el descuido. A medida que continúes tu día, pregúntate: ¿Cómo puedo ser un mejor mayordomo de todo lo que Dios me ha confiado en esta tierra?