Caminar Con La Dirección De DiosMuestra
2020 ha sido un año intenso que marcará la historia de este mundo para siempre, ya que no se han podido realizar eventos por las concentraciones masivas de personas que implican un alto riesgo de contagio. Uno de los que más extraño son las Olimpiadas, en especial la prueba reina del atletismo la carrera de 100 metros. Ver a esos atletas competir por el oro olímpico es increíble, años de preparación, de luchas, de fuerza, de desgaste físico y emocional todo esto culminando en una prueba que dura escasos 10 segundos.
La concentración que deben tener esos atletas, mirando siempre a un punto fijo que es la meta para lograr la victoria. Wow!!!, que gran hazaña ¿verdad?, sin embargo, me gustaría hacerte una pregunta ¿alguna vez has visto la carrera de 100 metros para ciegos o débiles visuales?, anteriormente estoy casi seguro de que te imaginaste al atleta participante mirando al frente con la vista fija puesta en la meta, pero ¿el ciego y el débil visual como lo hacen?
El atletismo de 100 metros en ciegos y deficientes visuales es diferente. En algunos momentos verás a dos corredores (atleta ciego y atleta guía) juntos formando un equipo, pero técnicamente sigue siendo un atleta. El corredor tiene que estar a lado o al frente del guía y cruzar la meta primero. En ningún momento puede tener un paso atrás, si ocurriese esto habría una descalificación de la prueba. En otros casos el corredor puede ser guiado a través de la voz es decir correrá solo, pero tendrá que estar atento a la voz de su entrenador quien le irá indicando hacía que lado se carga su carrera y alinearlo al centro para que no salga del carril.
Para este momento te debes imaginar hacia dónde voy o bien tendrás la siguiente pregunta ¿qué quiere decirme este devocional? Pues bien, la vida del cristiano muchas veces es así como el corredor ciego, tus cargas y pecados no te dejan ver al frente hacia la meta y se requiere un guía que o bien corra junto a nosotros, o bien nos diga hacia donde debemos ir para centrarnos nuevamente en el carril y poder llegar a la meta. Ese guía es nada más y nada menos que Jesús.
La cuestión es ¿cómo podemos hacer nuestro entrenamiento eficiente como el de los atletas y alcanzar el oro de la salvación? Pues bueno, El Punto No. 1 sometámonos a Él y permitamos que obre poderosamente en nuestro ser, el buen atleta se deja guiar por su entrenador. Punto No. 2 una vez entregados a su voluntad y amor atendamos a su voz, el buen atleta escucha la voz del entrenador y permite que esa voz lo guie en cada uno de sus pasos. Punto No. 3 sigue el plan de Dios, el buen atleta sigue el plan de entrenamiento de su guía y entrenador para llegar a ser fuerte y rápido. Punto No. 4 Confía en que Dios nos llevará a un camino de victoria, el buen atleta confía en que su guía lo llevará y acompañará en todo momento puesto que Él es sus ojos.
Caminar conforme a la dirección que nos marca Dios implica renunciar a nuestros planes y aceptar su voluntad. No es fácil porque siempre queremos caminar conforme a nuestra propia voluntad. Pero los grandes atletas que han sostenido el oro en sus manos llegaron hasta el pódium siguiendo los preceptos y ordenanzas de los caminos del Señor, no solo dependieron de Él, sino que observaron fidelidad a todo lo que Dios les encomendó.
Escrituras
Acerca de este Plan
¿Necesitas fuerzas para levantarte? Acompáñanos los próximos 7 días aprendiendo cómo Caminar con la dirección de Dios y sobrevivir a las caídas más difíciles, confiando siempre en que su camino es perfecto.
More
Nos gustaría agradecer a LMJI VALLE DE ANÁHUAC / IGLESIA METODISTA DE MÉXICO A.R. por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.instagram.com/valledeanahuaclmji/