Mi Lugar Seguro Muestra
Segunda característica
En la casa de mi Padre Celestial, el pasado no puede entrar.
En los últimos tiempos hemos comenzado a escuchar el termino de “Ciudades Santuario”. Son lugares en donde las autoridades civiles permiten que inmigrantes sin documentación en regla para estar en ese lugar, puedan igual refugiarse allí.
Algunas ciudades de Colombia, mi querida tierra natal, se han convertido en ciudades “Santuario” para albergar a miles de hermanos venezolanos que buscan refugio. En los Estados Unidos y Canadá son más de 30 las ciudades que decidieron convertirse en “Ciudades Santuario” y albergar a inmigrantes indocumentados. Pero, aunque parezca que éste es un movimiento moderno en realidad no lo es.
Hace miles de años atrás, cuando el pueblo e Israel llega a tomar posesión de la tierra prometida, Dios les ordena a los líderes del pueblo que elijan algunas ciudades dentro del territorio y que las aparten como “Ciudades de Refugio” o “Ciudades Santuario”.
En aquel entonces los problemas no eran de inmigración, pero había otros problemas por los cuales una persona, en algún momento de su vida, pudiera necesitar estar a salvo. Uno de los más comunes era cuando alguien mataba a otra persona accidentalmente, y aunque la ley no lo hiciese responsable del hecho, igual, los familiares de la víctima buscaban venganza, y se debía buscar refugio.
Los israelitas conocían perfectamente el concepto de “Ciudad de Refugio”, y entonces el escritor del libro a los Hebreos asocia esta idea con Cristo para que les sea más sencillo comprender. Y utiliza la misma expresión cuando dice:
“Los que hemos acudido a él [Cristo] en busca de refugio podemos estar bien confiados aferrándonos a la esperanza que está delante de nosotros. Esta esperanza es un ancla firme y confiable para el alma… Hebreos 6:18-19
Esto es algo maravilloso que quiero compartir contigo hoy. No conozco en verdad tu historia particular, pero todos tenemos “una historia” que muchas veces nos persigue, tal vez una historia que, aunque está atrás, en el pasado, igual intenta condicionarte el futuro.
Estas ciudades de las que hablamos, en el pasado y aún en nuestros días, tienen la particularidad que no son un lugar para inocentes, son en realidad un espacio para culpables, sí, para culpables que han sido perdonados o justificados. O para quienes ya han pagado su culpa, pero aún son perseguidos por su pasado.
Si es tu caso, quiero que sepas que lo estupendo es que Cristo perdona tus pecados pasados, te abre la puerta a una relación viva y diaria con Dios, y además te esconde para que los malos recuerdos de los que ya fuiste perdonado no te encuentren nunca más. Ya no te atormenten.
El apóstol Pablo cierra esta profunda verdad cuando dice:
“De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas”. 2 Corintios 5:17
En la Casa de mi Padre, la Ciudad de Refugio, el pasado no puede entrar.
No intentes esconderte en algún rincón oscuro, ni sigas luchando en tus fuerzas para sacar de tu mente el pasado, hoy Cristo te dice: “Vengan a mí todos los que están cansados y llevan cargas pesadas, y yo les daré descanso”. Mateo 11:28
Solo tienes que decidirte a entrar a la Ciudad Santuario, a la Ciudad de Refugio, a Cristo mismo que te espera con los brazos abiertos.
-Andrés Palau
Acerca de este Plan
Durante meses no pude entrar a la casa de mis padres ante la ola de contagios de Coronavirus. Cuando pude hacerlo, al atravesar aquella puerta llegaron muchos hermosos recuerdos. Sin duda, es mi lugar seguro, donde fui amado y al que sé que siempre puedo regresar. Hoy quiero contarte sobre otra casa, y sus características, la casa de mi Padre Celestial, y decirte que también puede ser tu casa.
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Nos gustaría agradecer a Luis Palau Association por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite:http://www.luispalau.net