El Conflicto Como CatalizadorMuestra

DÍA 8: GRACIA Y PERDÓN

Si bien el perdón es una parte clave de la vida cristiana, creo que extender la gracia es quizás aún más necesario en nuestras relaciones mutuas. ¿Cuál es la diferencia entre extender la gracia y el perdón?

Perdonamos a alguien cuando voluntariamente nos hiere. Por ejemplo, en medio de un conflicto, su cónyuge le dice cosas crueles. Puede que enfadado y frustrado, haya usado palabras cortantes y críticas destinadas a herirlo. Eso requiere perdón.

La gracia, por otro lado, acepta diariamente las limitaciones y los defectos de una persona. Por ejemplo, cuando a su esposo se le olvidó por completo que tenían planeada una cita con otra pareja ya que suele ser un poco distraído. 

Gran parte del conflicto que experimentamos en el matrimonio o la amistad cercana no proviene de lastimarnos deliberadamente, sino de la torpeza y el descuido de ser seres humanos imperfectos.

Si bien habrá momentos en los que será difícil perdonarse unos a otros, creo que el mayor desafío es el hábito diario de aprender a extender la gracia. La gracia confía en el corazón de la otra persona, incluso si sus acciones pueden ser frustrantes e insensibles. No podemos tener buenas relaciones con nuestros hijos, cónyuges, padres, hermanos, compañeros de trabajo o hermanos en Cristo sin la determinación de ser personas amables.

¿Alguna vez se equivocó en el día o la hora de una reunión? ¿Ha olvidado el cumpleaños de un amigo o ha perdido un artículo valioso que le pertenecía a otra persona? ¿Alguna vez ha retrocedido en un estacionamiento y casi choca contra un automóvil que no vio cuando miró por los espejos? Yo he hecho todas esas cosas y muchas más que sin querer lastimaron a las personas que amo. Pero es un verdadero alivio recibir gracia en lugar de ira y amargura.

Si le cuesta tener gracia con los demás, tómese un momento para pensar en lo refrescante que es cuando alguien tiene gracia con usted.

CONTEMPLANDO EL CONFLICTO: 

¿Se acuerda de alguna ocasión en la que su cónyuge le mostró la gracia que tanto necesitaba? ¿Qué se sintió al ver tanta gracia? ¿Encuentra que puede extender fácilmente esa misma gracia a su cónyuge? ¿Por qué o por qué no?

EL CONFLICTO COMO CATALIZADOR: 

Aquí hay un paso práctico simple que puede implementar en su matrimonio: SEA UN DADOR DE GRACIA. Jesús les dijo a sus discípulos que la prueba de su señorío en sus vidas estaría en cómo se amaban el uno al otro. Si alguien mirara sus relaciones, ¿encontraría la gracia de Jesús extendida fácilmente? A veces, la más mínima cantidad de gracia puede marcar la mayor diferencia para vencer un conflicto incluso antes de que comience. Al ser un dador de gracia, usted crea un espacio seguro para que su cónyuge se sienta amado, comprendido y libre para comunicar lo que hay en su corazón. Dar gracia y perdón incondicionalmente siempre resultará en un matrimonio rico en intimidad.