Jesús: Un líder vulnerableMuestra

¿Por qué optó Jesús por la vulnerabilidad?

Jesús entendió que la vulnerabilidad le ganaba la accesibilidad de la gente hacia Él, requisito indispensable para influir y ser relevante a la gente. Al ser vulnerable atrajo a la gente hacía sí mismo. La vulnerabilidad produce accesibilidad. 

A diferencia de los líderes de su tiempo, como los escribas y fariseos, quiénes al cubrirse con la vestimenta de invulnerabilidad, mantenían a la gente a distancia; Jesús con su autenticidad y vulnerabilidad, hacía que la gente se acercara a Él. Como lo muestra el relato de Mateo 8:1-4: “Al bajar Jesús por la ladera del monte, grandes multitudes lo seguían. De repente, un leproso se le acercó y se arrodilló delante de él. —Señor —dijo el hombre—, si tú quieres, puedes sanarme y dejarme limpio. Jesús extendió la mano y lo tocó. —Sí quiero —dijo—. ¡Queda sano! Al instante, la lepra desapareció. —No se lo cuentes a nadie —le dijo Jesús—…”. Al leer este pasaje se puede apreciar la intencionalidad de Jesús de acercarse y tocar a la gente y relacionarse en forma cercana. Jesús pudo sanarlo sin tocarlo. Pero Jesús sabía lo que significaba para el alma de aquel leproso execrado socialmente, el ser tocado físicamente, a la vez que emocionalmente. 

Un líder todopoderoso, sabelotodo, infalible e inerrable, perfecto, que se presenta en un pedestal inmaculado, no puede hacer conexión con la gente, y termina siendo intocable e inaccesible para que la gente pueda relacionarse e identificarse con él. Y sin cercanía como liderar. Sin vida relacional ¿cómo desarrollar empatía y compasión por la gente? Sin conexión con la gente ¿cómo saber de sus necesidades, a modo de serle relevante y poder servirles? Sin vulnerabilidad no existe un liderazgo real, no al estilo de Jesús. Para un líder cristiano, Jesús es el estándar y modelo de liderazgo a seguir y reproducir.