Mujer, EncuéntrateMuestra

Día #3: Mujer encuéntrate y trasciende

¿Cuántas veces te sientes menos para lo que fuiste encomendada? ¿Muchas veces, cierto? Porque simplemente piensas que no puedes cumplir con tus propias expectativas. Sin embargo, eso no significa que eres menos o fracasada, sino que, como todas, tienes espacios para mejorar, sanar y restaurar. Hoy te escribo esto porque me ha sucedido demasiadas veces y lucho con eso. En mis diferentes encomiendas me he dado cuenta de que no solo me enfrento a la duda, sino que también me he restado valor exigiéndome demasiado.

Quiero decirte que esto te lacera de una manera increíble y te hará vivir insatisfecha porque no logras tal y cual cosa, porque te comparas con otras personas o porque simplemente no pudiste alcanzar o ser eso que querías o quieres. Pero llegó el tiempo de encontrarte y trascender, ser la mejor versión de ti misma y moverte a otro paradigma; uno que te permita ser flexible, amar y disfrutar tu esencia, aunque no sea la imagen “perfecta” que utópicamente has querido tener. Yo también he luchado con esa utopía de mujer maravilla y perfecta y hay días que lloro por no ser o no hacer lo que quise. Eso me ha llevado a mirarme rota por dentro, devastada y llena de dolor.

Ciertamente, es una lucha constante, pero hoy te invito a levantarte aceptando tus imperfecciones, aceptando tus desaciertos, porque ellos te están llevando de pensamientos rígidos y estrechos, de tu cómoda posición de “perfección o éxito”, a trascender a una vida verdadera donde te caes y te levantas. Trasciende y sé la mejor versión de ti cada mañana; cuando despiertes y veas tu pequeñez, pero a la vez la grandeza de vivir que te ha regalado Dios y el deseo auténtico de hacer más por amor al propósito que te entregó. Trasciende de tus miedos y tus inseguridades buscando llegar a ese lugar que Dios prometió para ti desde antes de nacer. 

Mujer, trasciende y elévate a pesar de tus errores y tus pocas fuerzas, trasciende y ve en busca de eso que se te ha prometido y has dejado en el olvido. Mírate; no estás perdida, y mucho menos fracasada; estás siendo procesada, pero ese proceso es tu trascendencia. Sin ese proceso no podrás transcender; por eso, abraza el proceso que te llevará a ser la mejor versión de ti.

¡Encuéntrate y trasciende!