Parte II: Dios del Rescate 

Oseas 2:14 (HCSB)

Nos persigue

¿Alguna vez te has sentido tan lejos de Dios que estás casi seguro de que Él te ha abandonado? Cuando piensas en tu propio corazón promiscuo, puedes preguntarte cómo Dios podría amarte a pesar de tus imperfecciones. En nuestra última lección, discutimos cómo nunca hemos ido demasiado lejos para el amor de Dios. Independientemente de nuestras deficiencias, siempre está dispuesto a darnos otra oportunidad. Aún así, a veces puede parecer que el viaje desde donde estás a Dios no solo es distante, sino confuso. No solo no sabes cómo volver a Él, sino que no estás seguro de poder hacer el viaje. 

Aquí está la cosa, sin embargo: no tienes que hacerlo. Nunca estás demasiado lejos de Dios porque Él te persigue constantemente. El amor de Dios por ti es tan grande que constantemente te está buscando. Es por eso que incluso en tus momentos más oscuros, incluso cuando sentías que tu corazón estaba a un millón de millas de distancia, a veces aún podías escuchar su voz, por distante y pequeña que fuera, diciéndote que volvieras a Él. Quizás no sabías que era su voz. Es posible que pensaras que estabas loco, y rápidamente rechazaste el pensamiento. Pero ese susurro en el fondo es la forma especial de romance de Dios. 

¿Alguna vez has comenzado una relación con alguien de quien no estabas tan seguro? Tal vez al principio no estabas seguro de si te gustaban o si encajaban bien. A menudo, lo que marca la diferencia en relaciones como esas es cuánto elige una de las personas para perseguir a la otra. Cuanto más amor (o interés o atracción) haya, más fuerte será la búsqueda. De la misma manera, el amor de Dios por nosotros es tan fuerte, que no espera hasta que correspondamos para comenzar a probarnos su amor. Nos encuentra, incluso en nuestros lugares más oscuros, y comienza a cambiar nuestras vidas con su amor. La historia de Gomer pinta una imagen maravillosa de esto. Aunque ella había huido de Él una y otra vez, Él nunca la dejó ir. Incluso cuando nos escondemos a propósito de Él, como lo hacemos muchos de nosotros, no hay ningún lugar demasiado oscuro, demasiado feo o demasiado remoto para que Su amor lo alcance. 

Salmo 139:7-12 (MSG) 

Reflexión personal 

¿He estado tratando de esconderme o huir de Dios? 

¿Cómo me mostró Dios que todavía me estaba persiguiendo, incluso en mis momentos más oscuros? 

¿Pude verlo? ¿Por qué o por qué no? 

Oseas 3: 1-2 (HCSB) 

¿Cómo se siente saber que Dios te persigue sin cesar? ¿Qué pensamientos te vienen a la mente cuando escuchas eso? 

¿Alguna vez has pensado que tal vez Dios te dejó? 

¿Alguna vez te has sentido demasiado lejos?

¿Alguna vez has usado tu pecado como una forma de esconderte de Dios? ¿Alguna vez has esperado en secreto que te encontrara? 

Oración 

Dios, he terminado de esconderme. Sé que me conoces mejor que yo mismo. Las partes buenas y malas. Sin embargo, me trajiste este mensaje para que supiera que me persigues sin cesar. Quiero dejarte atraparme. Quiero tener una relación personal contigo. Gracias por pagar un precio por mí, incluso cuando sentí que no valía nada. Ya no quiero perderme, sino encontrar quién soy en ti.