HábitosMuestra

 Preocuparse parece ser una parte natural de la vida en el bachillerato, ¿no es así? Cuando te sientes preocupado por las tareas, las amistades o las cosas que suceden en tu familia, ¿cuál es tu primera respuesta? ¿Las ignoras? ¿Habla con un amigo al respecto? ¿Tratas de restarles importancia? ¿Te enojas? La Biblia nos recuerda que la mejor cura para todas y cada una de nuestras preocupaciones es la oración. Cuando llevamos nuestras preocupaciones a Dios y le decimos lo que necesitamos, esa preocupación deja de sentirse tan pesada. Pídele a un amigo o líder de grupo pequeño que sea quien te ayude con tus preocupaciones esta semana. Cuando estés preocupado, pídeles que recen contigo y te recuerden que se las presentes a Dios.