HábitosEjemplo

 "Nunca dejen de orar". Eso puede sonar como una buena idea, pero ¿realmente cómo podríamos hacer eso? No podemos tener la cabeza agachada y los ojos cerrados todo el día (¡sin meternos en problemas, claro está!), pero podemos mantener la oración en nuestras mentes todo el día. A lo largo de tu día, dedícale a Dios algunos pensamientos. Dile que estás agradecido por la familia en la que te colocó, aunque no sea perfecta. Hazle saber a Dios que necesitas ayuda para ser amable con la chica que está a tu lado en la clase de matemáticas. Pídele valor para ayudarte a tomar la prueba para entrar al equipo. Esas simples oraciones mantienen a Dios en tu mente durante todo el día. Y te sorprenderá ver cómo Dios obra cuando mantienes la oración en tu corazón.