Mujer... Llamada Al MinisterioMuestra

La Caída y sus Consecuencias

Hasta ahora entendemos que la mujer fue creada por Dios en igualdad de imagen, semejanza, capacidad y facultades. Sin embargo, la Palabra de Dios nos revela la caída del ser humano al pecado y sus consecuencias.

Veamos…

Entonces Jehová Dios dijo a la mujer: ¿Qué es lo que has hecho? Y dijo la mujer: La serpiente me engañó, y comí. Y Jehová Dios dijo a la serpiente: Por cuanto esto hiciste, maldita serás entre todas las bestias y entre todos los animales del campo; sobre tu pecho andarás, y polvo comerás todos los días de tu vida. Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar. A la mujer dijo: Multiplicaré en gran manera los dolores en tus preñeces; con dolor darás a luz los hijos; y tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti. Génesis 3:13-16

Muchos aseguran que, desde entonces, Dios maldijo a la mujer. Pero, Dios no maldijo a la mujer; Dios maldijo a la tierra y a la serpiente. Sin embargo, es por el pecado, que el hombre se ha enseñoreado de la mujer y la mujer suele encontrar erróneamente su identidad y protección, solo cuando está al lado de un hombre.

Leamos lo que Dios dijo a la mujer:

A la mujer dijo: Multiplicaré en gran manera los dolores en tus preñeces; con dolor darás a luz los hijos; y tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti. (Gen. 3:16)

Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida. (Gen. 3:17)

Dios destaca las consecuencias del pecado en el ser humano; ellas traen dolor. Dolor a la mujer y dolor al hombre. Y Dios destaca también el papel fundamental del hombre como trabajador y proveedor de las necesidades del hogar. Aunque hoy vemos infinidad de mujeres trabajar para el sostenimiento de su hogar, esta responsabilidad es directamente dada al hombre y no a la mujer. Y le advierte al varón, que ese trabajo estará lleno de dolores, dificultades y decepciones hasta la muerte.