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HAY LAGRIMAS, PERO CON ESPERANZA

“Un día tenemos que soltar la mano de alguien que amamos, para que alguien mas que no vemos la tome” Max Lucado.

La muerte de un familiar es uno de los eventos mas complicados que podemos llegar a vivir a tal grado que uno piensa que no va a sobrevivir a esta complicación, sin embargo, es la gracia de Dios que nos mantiene de pie en tiempos así, pero también hay preguntas en la mente tales como ¿Qué será de ellos?

Es normal escuchar a las personas que no conocen Dios decir: vive como quieras porque vida solo hay una, la esperanza es para los vivos, después de la muerte no hay nada más. Este era la creencia que estaba arraigado en la mentalidad de los tesalonicenses en el primer siglo, así que el apóstol Pablo escribe la carta para dar luz en medio de la oscuridad y les dice en “Nosotros si tenemos Esperanza”1 Tesalonicenses 4:13-14 “13 Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él.”  

Morir sin Cristo es morir sin esperanza, pero morir en Cristo es morir en victoria porque cuando Cristo nos resucite lo haremos con un cuerpo incorruptible para vivir por la eternidad exaltando el nombre de Dios. 

Los cristianos lloran, por supuesto, no hay nada anormal en ello. Pablo nunca dijo que no debíamos llorar. Lo que sí dijo fue que no debíamos entristecernos como aquellos que no tienen esperanza. Un cristiano sufre la aflicción ante la muerte de un ser querido, pero al mismo tiempo, siente el consuelo de la esperanza que tiene en el regreso de Cristo y en la resurrección de los muertos.

La muerte no es el Final, es solo el viaje de regreso a Casa, recuerde que no somos de este mundo, Nuestra ciudadanía está en los cielos. 

Hay victoria sobre la muerte porque estamos seguros en El.