Fe Y PolíticaMuestra

Las sociedades se pueden transformar y cambiar, y los agentes de esa transformación son los creyentes. 

En 1862 EEUU enfrentó una terrible guerra civil. En 1961, Abraham Lincoln, partidario de que no se extendiera más la esclavitud, fue elegido presidente. Por lo que 13 estados esclavistas decidieron separarse de los EEUU y crear una confederación de Estados Sureños.

Lincoln ordenó un reclutamiento de soldados. Todos pensaron que como el Norte era más poderoso, sería cuestión de un par de meses, pero no contaron con que el Sur tenía militares diestros y generales extraordinariamente brillantes, así que el Sur empezó lentamente a derrotar al Norte.

En septiembre de 1862, las tropas del Sur llegaron a las afueras de la Capital, y la gente empezó a huir. Si Lincoln no escapaba, lo capturarían y sería el fin de la guerra y de los EEUU.

Lincoln, acorralado, se arrodilló y pidió que Dios protegiera la Capital y mientras oraba recordó que la guerra lo había distraído de su ideal de liberar a los esclavos. En esa reflexión le dijo a Dios que si Él contenía a las tropas del Sur, él liberaría a los esclavos.

El 17 de septiembre de 1862, las tropas del Sur se quedaron varadas en un pequeño arroyo y nunca pudieron entrar a la Capital. En ese momento Lincoln reunió a su gabinete y comunicó que firmaría la libertad. El gabinete se opuso, aduciendo que la guerra se pondría más dura, a lo que Lincoln respondió: cuando las tropas del Sur estaban a punto de atacar yo entré en mi habitación y le dije al Señor que si detenía a las tropas yo liberaría a los esclavos negros. 

“El Señor cumplió con su palabra, así que yo voy a cumplir con la mía”.

Por primera vez en casi 500 años, la esclavitud fue extirpada del continente porque alguien que creía se había puesto en oración y había escuchado a Dios.

Esta sociedad puede cambiar si estás dispuesto a hacer como el presidente Lincoln y orar: Señor, yo estoy dispuesto a hacer todo lo posible para que esta sociedad cambie y sé que, si yo lo hago, tú harás cosas mucho más poderosas de lo que yo pueda incluso imaginar.

El futuro está en tus manos.

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