Ánimo en El SufrimientoMuestra

Hay que estar alerta y vigilando

"Practiquen el dominio propio y manténganse alerta. Su enemigo el diablo ronda como león rugiente, buscando a quién devorar" 1 Pedro 5:8 (NVI) .

Tenemos un enemigo. Un enemigo invisible y malvado con muchos ayudantes. Este enemigo, el diablo, es como un león rugiente. Esta imagen nos dice que es feroz, peligroso, hambriento y siempre dispuesto a hacer daño.

El diablo no es sólo un león rugiente, sino un león rugiente que busca a quien devorar y ese alguien te incluye a ti. Él y sus secuaces quieren devorarte, herirte, destruirte. Quieren distanciarte de Dios de cualquier manera posible mediante el engaño, la acusación, la condena y la tentación. Quieren convencerte de que Dios no es bueno, de que no se puede confiar en él, de que está enfadado contigo, de que está decepcionado de ti, de que no te ama realmente y de que es un aguafiestas cósmico.

Satanás quiere destruir tu matrimonio y convencerte de que otro cónyuge sería mucho mejor para ti. Trata de persuadirte de que debes divorciarte porque Dios quiere que seas feliz. Él busca traer la ira, el orgullo, la deuda, el miedo, la falta de perdón y la culpa a tu matrimonio.

En todo tipo de formas, Satanás está tratando de devorar tu alma, arruinar tu familia y dañar tu vida espiritual. ¿Qué debemos hacer? Levantarnos y pelear la batalla. Estar atentos. Estar alertas. Ser conscientes de que hay una batalla, un oponente y de que es real.

Si estuvieras en un crucero, de vacaciones, podrías dormirte y echarte a dormir una siesta. Pero tú estás en un barco de guerra, así que debes estar totalmente alerta, escudriñando el horizonte en busca de señales del enemigo. Si no oras a menudo para que Dios te proteja a ti y a tu familia del enemigo, entonces no estás alerta y vigilante. Si no eres consciente de que las voces en tu cabeza que te condenan, acusan, tientan y mienten son las voces del enemigo, entonces no estás alerta y vigilante. Si no eres consciente de que los conflictos y malentendidos a veces son causados o exacerbados por el enemigo, entonces no estás alerta.

No nos enfocamos en el enemigo, pero somos conscientes del enemigo y de sus planes. Hay que estar alertas y vigilantes.