¡Chau Dolor!Muestra

NO HAY PÉRDIDAS EN DIOS

Perder algo o a alguien puede llevarnos a estados internos de aislamientos, ya que la intensidad de lo que sentimos puede llegar a sustituir la realidad que vivimos. Sentir dolor es válido, pero no podemos ahogarnos. No somos ese dolor, ni nos pertenece.

La depresión es un asesino silencioso: retiene nuestra alma, nos quita el gozo y paz de Dios. Nos lleva a vivir una vida ausente. Esto no es lo que Dios quiere para ti.

La pérdida física nos duele pero el duelo ocurre en nuestro corazón. Esto es lo que tenemos que ubicar y traer al lugar correcto para sanar y avanzar. Por lo que he conocido, hablarle al alma es fundamental para ubicarla en ese lugar donde ella anhela estar: en los brazos del Padre. 

Te invito a hacerlo hoy. Ánimo que mañana terminamos el plan. ¡Nos vemos en nuestro último encuentro!

Madi Melendez