Dios Sigue HablandoMuestra

Solemos decir: Dios hará algo con esto, o citamos Romanos 8:28, "todo obra para bien..."

Pero decirlo, esperarlo y vivirlo, llevan un largo viaje en el que debemos aprender a depender al máximo de Dios.

Estudiamos en una clase acerca de cómo tus experiencias (buenas y malas), Dios puede usarlas cuando te rindes a él.

Mi vida ha tenido de todo, he pasado las mil y una, he tenido pérdidas físicas, emocionales, de trabajo, dinero, y no seguiría la lista para no abrumarlos; muchos seres queridos me han visto casi desplomada.

En algunas de esas críticas circunstancias, tuve momentos hasta de renegar de Dios y dejar de creer que cada prueba pudiera servir de algo.

Un año antes de mami morir, ella se mudó de casa, dejándome sola con las niñas y apenas iniciando un nuevo empleo, sin nada en la nevera; ya sabrán que eso implicó duras críticas de mi parte y de mis allegados contra mami.  ¡Y qué año tan difícil!, gracias a Dios por mi familia de la iglesia, que veló por mi familia en ese tiempo.

El día que mami partió, ya el perdón se había cosechado, y entre muchas cosas de las que salí beneficiada con su partida, la herencia más valiosa que mami me dejó fue que aprendiera a "defenderme sola"... ese día fue que entendí por qué Dios me hizo comprar campo en terreno en cautiverio, porque él sabía que no era una inversión perdida.

A un cambio de posición laboral reciente (para bien), alguien me dijo con tono de intimidarme más que de aconsejarme: Keyla, ahora tendrás más responsabilidades, prepárate para la presión; pero escuché en ese momento una sublime voz decirme: Keyla, la presión ya la tenías, solo toca seguir en la marcha...Dios ya me había preparado con todo y angustia para lo que tenía que hacer.

El apóstol Pablo paso de ser perseguidor de cristianos a ser un cristiano "felizmente" perseguido.  Vivía del ministerio, pero hacía tiendas para subsistir; cuando le llegó el tiempo de la escasez, sabía que la única opción era depender de la provisión de Dios y seguir avanzando.

Una vez más hace poco, me quedé con lo de comprar un par de panes, recién cobrada mi quincena y debía decidir entre pagar el colegio de la niña o conservar ese dinero "para la comida"... pensé, prefiero el pan con café y dormir tranquila.

Alguien me expresó su preocupación por mí; YO lo consolé: - Tranquilo, he estado peor que hoy, por mucho -

Y me fui riendo, preparé café y me senté en mi balcón a hablar trivialidades con Dios.

Luego les contaré como Dios respondió a mi cautiverio y como de la yerbita de ese campo comprado, yo sé que un día saldrá rica hortaliza para dar testimonio de que mi redentor VIVE.

Compre su campito en Cristo, que Dios tiene más plan con ese título de propiedad que guardarlo en una vasija... 

PD. Recuerda conservar lo aprendido, que por algo dicen que uno nunca sabe de qué va a comer.