Dios en El Tiempo De Los ReyesMuestra

Adora solo a Dios

Imagina esta escena: el Arca del Pacto, tan sagrada para los israelitas, estaba siendo llevada de vuelta a Jerusalén en una procesión sagrada y festiva. La gente estaba por todas partes y el rey David estaba entre ellos. La música y los gritos de alegría llenaban el aire. Había danzas y celebraciones ante el Señor. Cada seis pasos, se sacrificaba un animal para expiar los pecados del pueblo. Es una escena inolvidable.

Pero lo que capta mi atención es David. No puedo olvidar a David. Vestido con un efod de lino, en medio del pueblo, bailando al Señor con todo lo que tenía. Parecía que se olvidaba de su dignidad y de quién era, porque estaba completamente centrado en Dios.

David personifica la idea de olvidarse de sí mismo y estar completamente intoxicado con Dios. Eso es lo que hacen los adoradores. Los adoradores están atrapados en su preocupación por Dios. Además, David es muy apasionado. Es desenfrenado, incluso temerario en su adoración. Baila ante el Señor «con todas sus fuerzas». No se contiene ni un poco de lo que siente por dentro. Eso es lo que hacen los adoradores. Los adoradores son apasionados al expresar su adoración a Dios.

Sumado a todo esto, David está lleno de alegría y exuberancia. Esto no es un deber sombrío y agrio. El rey celebra la bondad y la grandeza de Dios con danzas, y sin duda con cantos, carcajadas y una gran sonrisa. Eso es lo que hacen los adoradores. Los adoradores celebran la bondad de Dios con una alegría exuberante.

Pero por encima de todo, David está actuando para un público unipersonal. Está bailando ante el Señor, no ante el pueblo. No ante Dios y el pueblo. No, está bailando para complacer al Señor, para expresar su alegría ante el Señor. No estaba vestido con el traje de un rey. No era digno y correcto. Puede que incluso pareciera tonto, pero no le importaba. No le importaba cómo le parecía a la gente, porque no era para ellos; era para Dios. Sólo para Dios. Eso es lo que hacen los adoradores. Los adoradores centran toda su atención en un público único.

David nos enseña en qué consiste la verdadera adoración. El Padre está buscando este tipo de adoradores.