Honor en Lugar de CenizasMuestra

Hay abrazos que pueden unir nuestras piezas rotas, pero el abrazo de nuestro Padre celestial nos renueva por entero.

Muchas veces caminaremos por desiertos, en medio de ruinas, a través de escombros… Pero tengamos la seguridad, que la mano de nuestro Dios y Padre está extendida para levantarnos con nuevas fuerzas de cualquier condición. 

No existe nada en lo que Él no pueda entendernos, Él como Dios hecho hombre estuvo también en un desierto. Fue oprimido y tratado con crueldad, fue condenado injustamente y aún así guardó silencio, fue sacrificado y enterrado como criminal. Todo esto formó parte del plan de Dios para darte perdón, paz, sanidad, restauración… para darnos vida eterna por medio de Jesucristo. Él cargó con nuestros pecados para hacernos libres de culpa. Aceptó el sufrimiento en obediencia porque nos vio anticipadamente en ese futuro eterno. 

En la cruz, Jesucristo clavó el acta de condenación que el diablo había escrito en contra tuya, y la anuló públicamente ante el cielo y la tierra por medio de Su sacrificio. Y vino a firmar y a sellar tu redención, tu libertad, al levantarse de la tumba con poder y gloria. Pagó tu deuda, una que no debía, por amor!

Así que, abraza tu salvación, abraza tu libertad… porque nadie te la puede quitar! Levántate en Su nombre, y edifica tu ciudad, tus sueños, tu futuro... con la fuerza, la sabiduría y la inteligencia que Él te da… Ya no más opresión, ya no más esclavitud!