¿Cómo Aceptar Que Murió, Que Ya No Está?Muestra

¿Quién Podría Cambiar Ese Destino?

Resistirse a la partida de un ser querido es cómo pelear con el viento; qué sentido tiene intentar oponerse a esta realidad por la que todos los seres humanos vamos a pasar en cualquier momento. Cómo podríamos ir en contra de la voluntad y los propósitos del Señor; ya lo vimos, Él quien es el dador de vida también ha determinado hasta cuándo vamos a vivir (Job 14:5) ¿Quién podría cambiar ese destino? 

Dios ha sido quien ha determinado que sigas con vida, es en esto en lo que debes enfocarte; cuál es el propósito, pregúntate, por qué sigues con vida, qué quiere el Señor de ti. 

Algunas personas comenten el error de "morir" con esa persona que se encuentra en el sepulcro; piensan que su vida dejó de tener sentido por el hecho de que aquella persona que falleció ya no está. Esto es lo que sucede cuando hacemos de las personas un ídolo y un tesoro de nuestro corazón, haciendo que la vida gire en torno a ellas; asumiendo que la paz y la felicidad dependen de ese alguien con quien se quiere estar por siempre. Esto es lo que sucede cuando Cristo no es el centro de nuestra vida, cuando no es Él quien ocupa el primer lugar en nuestro corazón. Sé que no es fácil asumir la pérdida de un ser amado, duele y duele mucho decirle adiós. Sin embargo, debemos meditar en lo siguiente: ¿acaso Dios se equivocó al permitir que ese ser querido muriera? ¿No era su tiempo? ¿Crees que el Señor no es capaz de sanar el dolor y llenar el vacío que sientes en tu corazón? ¡Mira! Precisamente en este mismo instante te está haciendo saber que todo está bajo su control, que has sido favorecido con el don de la vida y que ha permitido sigas en este mundo para seguir cumpliendo sus propósitos. Él determinó que hoy sigas con vida porque sabe que tú lo necesitas y muchos necesitarán de lo que Él te dará a ti. 

Ten fe, Dios sanará tu dolor, curará tus heridas y te fortalecerá con su amor. Él no te ha dejado de mirar, Él te consuela y te da paz.