Sanando Para SanarMuestra

Día 3 

Dios te provee lo que necesitas 

Y si te digo que de mi hijo no me enamoré, pero Dios me mostró de una manera increíble cómo aumentar mi apego hacia él, porque a Dios no se le escapa nada. En muchas ocasiones en la palabra del Señor se refleja como Dios funge la posición de la madre. Como Dios protege a sus hijos como una madre protege a los de ella. ¿No crees que Dios sería el ideal para enseñarnos a como maternar? Sí, Dios tiene todo lo que necesitamos para poder ser una madre ideal, como Dios nos presenta a distintas madres en su palabra para enseñarnos a como maternar. 

5 de las maneras en que el Señor me enseñó a maternar a mí fueron las siguientes:

1. Practicando el colecho conscientemente es una opción. Que no es otra cosa más que, dormir junto a tu bebé, con tu calor, tus abrazos y tus besos, tu cariño. Es una manera de demostrar amor a tu bebé aún cuando muchas veces no lo sientes por él y de poder llevar a tu cuerpo a interesarse por tu bebé. 

2. El porteo es otra manera de poder llevar a tu bebé cerca de tu corazón piel con piel. Esto no solamente te permite estar cerca de bebé, sino también poder hacer otras cosas en casa mientras cuidas de tu bebé. 

3. La tercera manera que Dios me mostró de cómo acercarme a mi bebé fue orar. La misma palabra del Señor, nos llama a orar en todo tiempo y dar gracias por todo. Solía orar por mi hijo: “Señor gracias por darme a Neithan,  su nombre significa regalo de Dios, porque eso es él, un regalo que tú me diste. Enséñame a amarlo cada día más y a través de él ayúdame entender tu amor por mí”. Porque aprendí que si oras afirmativamente y por amor, incluso por las personas que sientes que no amas, inevitablemente Dios te permitirá amarlas. Mientras más oras por alguien más te importará.

4. La cuarta manera que me ayudó a conectar con mi bebé fue la lectura en voz alta. La lectura me ayudó a darle tiempo de calidad a mi hijo, a tener algo en común con él y me permitió mirarlo por mucho más tiempo, mientras le declaraba palabras de amor y compañerismo a través de las letras. Desde antes de nacer lo empecé a practicar, así que, cuando nació lo hice con más ímpetu.

5. Otra manera con la que pude demostrarle amor a mi hijo y poder conectar con él fue escribir lo que me hacía feliz de él. Mi diario se convirtió en un tablero de expresión sobre mi familia, sobre mi vida y sobre mi hijo. Fue entonces cuando decidí comenzar a escribir lo que me gustaba de mi hijo, lo hermoso que se veía, lo agradecida que me sentía con Dios por lo bueno que me ocurría, a pesar de todo. Escribir tiene un poder increíble. Cuando escribimos, nuestro corazón habla, nuestro corazón sana, nuestro corazón tiene la oportunidad de expresar lo que realmente sentimos en nuestro interior, ser sinceras con nosotras mismas y hablar con Dios.

Cuando nos convertimos en madres, nuestro cuerpo y nuestro cerebro cambian, para poder adaptarse a una nueva etapa en nuestra vida, pero ¿sabes qué es lo mejor? Que Dios no cambia y está listo para darte herramientas que te ayuden a capacitarte, a amar, a valorar y a cuidar de tus hijos y de ti misma.