EncargadoMuestra

Escrito por Bella, 16 años de Sugar Hill, Georgia, EE.UU.  

Un viernes por la noche, mi escuela y yo acabábamos de terminar la segunda función de la obra "El violinista en el tejado". Había recogido todo, estaba cansada y lista para volver a casa. De repente, me di cuenta de que no tenía mi botella de agua, que era la de mi abuelo. Después de diez minutos de buscarla con algunos padres, me puse a llorar (en la escuela, delante de todo el reparto). Justo cuando me iba a rendir, tres de mis amigos entraron corriendo a mi camerino preguntando dónde la había visto por última vez. Decidimos que debía estar en la basura. Estaba preparada para tener que irme a casa sin ella, pero mis amigos, maestros y directores no. No habían pasado ni veinte minutos desde que le pedí a alguien que la buscara conmigo, y ya había diez personas fuera sumergiéndose en el contenedor de la escuela para buscar una botellita de vidrio. Esta es una de mis historias favoritas porque fue uno de los momentos en mi vida que me ayudó a entender más de qué manera Jesús también me ama. Me recordó que podemos mostrarle a los demás quién es Jesús amando a las personas que nos rodean. ¡La forma en que mis amigos y maestros me demostraron que me amaban, al saltar literalmente a un contenedor de basura, me ayudó a experimentar este tipo de amor! ¡Quizás para ti, mostrar amor a los demás no signifique saltar a un contenedor de basura para encontrar una botella de agua perdida! Puede significar muchas cosas diferentes.  

¿De qué forma puedes mostrarle a alguien que lo amas hoy?